La Chica del Chat (2) - Relatos Eróticos

La Chica del Chat (2)

... Además, quería hablar con su esposo pero éste, más allá de aquel mensaje de que había llegado bien a su destino, no se había vuelto a poner en contacto con ella.

Pasaba la tarde y Elena fue tomando su decisión, pese a todas sus dudas, ir a casa de Rocío y pasar la noche con ella. Se arreglo, se puso lo más hermosa posible, decidió ir con un pantalón vaquero y una blusa blanca y partió en su coche a la dirección que le dió Rocío. Las dudas y los nervios no faltaban pero la decisión estaba tomada. Tras unos 20 minutos de viaje llegó al barrio que buscaba, aparcó y buscó el portal que le había escrito la chica, miró hacía arriba y se dispuso a tocar el timbre. ¿ Y si aquello era una broma de Rocío y la había enviado a algún piso donde ella no vivía? ¿O, peor aún, si Rocío no estaba sola y se iba a meter en un sitio donde no debería? ¿Acaso no hubiera sido mejor quedar antes en algún lugar a tomar algo? Pese a aquellos pensamientos el dedo de Elena tocó aquel timbre, pasaron unos segundos, que a la mujer se le hicieron eternos, y apareció el sonido de que la puerta estaba abierta, Elena entró en aquel portal y se dirigió al ascensor pues tenía que subir al tercer piso. Cuando llegó se dirigió nerviosa al piso al que tenía que ir y llamó al timbre, a la vez que se abría la puerta, Elena sentía que le iba a saltar el corazón de los nervios que estaba haciendo, pero ya era tarde para huir pues tras la puerta se encontraba Rocío, que vestía un pantaloncito muy corto y una camiseta de tirantes.

- Pasa, hermosa - indicó Rocío a Elena.

Está entró dentro y Rocío cerró la puerta.

- Eres todavía más bonita en persona - dijo Rocío a Elena mientras le daba un pequeño beso en la boca a modo de saludo.

Sin embargo, Elena apenas reaccionaba, estaba tan nerviosa que no acertaba a decir nada.

- Estás muy nerviosa cariño, es normal yo también lo estoy - trataba de tranquilizarla Rocío - Anda, siéntate ahí que te traigo algo de beber.

Elena se sentó en el único sillón que había en el piso donde vivía Rocío. Realmente era un pequeño apartamento que solo tenía una habitación, allí estaban una pequeña cocina con una nevera y la lavadora, el sillón y una televisión y la cama. La otra habitación era el cuarto de baño. Rocío sacó una botella de vino de la nevera y echó de ella en 2 vasos, uno para Elena y otro para ella, y se sentó al lado de su invitada.

- Toma cariño - le ofreció el vaso a Elena - Siento que el apartamento no sea más grande.

- Tranquila no pasa nada - respondió Elena, que poco a poco se iba tranquilizando, mientras bebía vino - para ti sola está muy bien.

- Eso es verdad, además, como es de mi tía, no pago alquiler, cosa muy de agradecer con lo caros que son.

- Tienes suerte.

- Mucha, además, ahora estoy aquí contigo, ¿Qué más puedo pedir?

Elena sonrió al oír aquello, cosa de la que se apercibió Rocío.

- Ya se que más puedo pedir.

Y tras decir esto beso a Elena que quedó un poco sorprendida, sin embargo, Rocío ...