1. La sombra de lo desconocido (5)


    Fecha: 17/08/2019, Categorías: Infidelidad Autor: memorandum, Fuente: TodoRelatos

    ... condenaban sin necesidad de pruebas. Ana frunció el ceño y arqueó una ceja, como hacía con los niños cuando les descubría mintiendo.
    
    -¿Qué tienes en la mano?
    
    Tragué saliva mostrando mi mano izquierda.
    
    - Nada.
    
    - Dani… la otra
    
    Desistí de demorar lo inevitable y me centré en inventar una excusa convincente que justificara lo injustificable. Alargué el brazo y le mostré su tanga hecho un guiñapo, arrugado, manchado y lleno de un líquido blanco pastoso que había brotado al apretarlo en mi mano.
    
    Sus ojos se abrieron como platos. Lo cogió en sus manos y su cara de asombro cambió al estallar en una sonora carcajada, mientras yo me debatía entre el alivio y la tensión.
    
    - Cari, últimamente te gustan mucho estas guarradas, ¿eh?
    
    El karma me había dado una oportunidad. Ana pensaba que era yo quien me había pajeado con su tanga, llenándolo de semen. Tenía que pensar rápido para salir de aquella, una disculpa, un eximente, un atenuante que redujera mi condena.
    
    - Ana… yo… es que cuando se ha ido el de la mudanza… me he puesto a ver porno… y salía una que era igual que tú, te lo juro, podríais haber sido hermanas gemelas… y, bueno… estaba el tanga tirado en el suelo… y… pues eso… el resto ya te lo imaginas.
    
    Sus ojos brillaban divertidos y una sonrisa llenaba su cara.
    
    - Hablando de restos. ¿Qué quieres que haga con esto, amore?
    
    Sus dedos jugueteaban con las partes de semen más visible extendido en su tanga e hizo amago de acercárselo a la cara.
    
    - ¡No Ana!
    
    - ¿Qué pasa? – se detuvo extrañada
    
    - Joder, es que sé que no te gusta, tú misma me lo has dicho antes, y además, te acabas de duchar y no te vas a andar manchando con esto.
    
    Hice un intento por recuperar el tanga, pero ella lo retiró de mi alcance, sosteniéndolo en alto. Con la mirada encendida, se acercó a mí, y como si temiera que nos pudiera escuchar alguien, me susurró al oído.
    
    - Te he dicho que no me gusta que te corras en mi boca cuando te la estoy chupando, no que no me guste cómo sabe. Además, es que has echado como nunca. Te has debido poner a tope con lo que estuvieras viendo ¿eh?
    
    Se apartó, sonrió traviesa y se llevó a los labios la zona de su tanga con manchas de semen más visibles. Al retirar el tanga de su boca y comprobar que permanecían adheridos a su barbilla restos blanquecinos de lefa de su amigo Jose, me quedé inmóvil, petrificado, incapaz de hacer nada ni pronunciar ni una sola palabra. Fue ella la que actuó, llevando su mano a mi paquete y acariciando mi polla por encima de mi pantalón. Abrió los ojos entre sorprendida y admirada y exclamó casi gritando.
    
    - ¡Dani! ¿Has tomado viagra? ¡Te acabas de correr y ya la tienes dura otra vez! 
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