1. El Matrimonio 2


    Fecha: 15/08/2019, Categorías: Bisexuales Autor: Lyser, Fuente: TodoRelatos

    ... mi boca, y a petición de Miguel, se la derrame entera a su mujer en la boca, que trago sin ningún problema sin dejar gota.
    
    -Joder, menudo beso chicos. Quiero seguir viendo mas de ese, pero os habías quedado secos. Juan acércate, no te me vayas a poner celoso muchacho.
    
    Yo tenia la polla dura como una piedra, del sucio juego al que nos había sometido este gordo maduro. Y me acerque un poco a él. Él se incorporó, e inicio el mismo juego que había hecho con su esposa. Los dedos eran gordos y ásperos, pero no impidieron que empezara a relamerlos con ansia. Cuando los 3 de rigor, estaban lo suficientemente lubricados, empezó a metérmelos en la boca, sin ningún miramiento. En cuanto me tocaron la campanilla creía que me ahogaba, entre la falta de aire y la arcada que me habían producido. Yo observaba fijamente la cruel, y a la vez divertida mirada de Miguel mientras me follaba la boca con sus sucios dedos.
    
    Cuando vio que había conseguido su objetivo, y 2 lagrimas como 2 soles caían por mi mejilla, los saco, me sujeto los labio acercándose, y 2 escupitajos cayeron dentro de mi boca.
    
    Efectivamente era un sabor áspero, y recio. Yo estaba tremendamente excitado, y ni si quiera me importo. Solo quería volver a besar a Carmen y jugar con todo esa saliva.
    
    Ella me esperaba mimosa, y empezamos de nuevo con las lenguas. Yo le pasaba a ella la saliva, ella me la devolvía a mi mientras nuestras lenguas entablaban un lucha encarnizada.
    
    Esta vez fue Carmen la que recogió toda aquella baba, y la derramo en mi boca. Yo la miraba vicioso, mientras la recogía y me la tragaba sin rechistar.
    
    -Muy bien chicos, veo que estáis con la mente abierta, y con ganas de sexo y lujuria. Juan, métele mano a mi señora. Mira como la tienes.
    
    Mire a Carmen, la cogí de la mano y la ayude a levantarse. Flujo espeso, le chorreaba por el interior de aquellos muslos gordos, caídos y celulíticos. Me acerque a ella, le separe un poco la blusa, e intente cogerle con una mano el pecho derecho. No lo abarcaba. Le levanté la teta caída, hacia mi boca y empecé a chuparle con ansia el pezón. Era tan gordito como recordaba. También un poco áspero, nada que una buena ración de saliva no ablandara y pusiera duro como una piedra. A petición de Miguelito, empecé a mamarlo y apretarlo con los dientes. Carmen echaba la cabeza hacia atrás, y daba pequeños gemidos, cuando la presión se incrementaba.
    
    No se el tiempo que pude estar con la cabeza enterrada en ese pechambre, pero no fue poco. Cambiaba de una teta a otra. Otras veces se las levantaba y se las llevaba a ella a la boca, que sin problema alguno se mordisqueaba cruelmente.
    
    -Muy bien chicos, esas tetas ya están trabajadas. Algo tendréis que hacerme a mí.
    
    Miguel estaba sentado con la polla mirando al cielo, gorda y venosa. Carmen me cogió de la mano, y nos arrodillamos delante de su marido. Primero se la llevo ella a la boca, que empezó a relamer el glande mirando fijamente a los ojos de Miguel.
    
    Poco a poco se la fue ...