El sexo no es como lo pintan - Relatos Eróticos

El sexo no es como lo pintan

... me dijo y se estiro para darme un beso en la mejilla pero yo giré mi rostro y me lo dio justo en la boca. Mi hermana me sonrió encantadoramente. Al parecer no se había percatado de que traía las bolas y la verga de fuera pero eso ya de poco importaba. Estiró la mano apagando la única lámpara encendida.

Yo me recosté a su lado y acerque mi mano a su cintura, ella giro dándome la

es espalda y en pocos minutos se escuchaba planamente dormida. Sin escatimar en el tiempo me dispuse a manosear su trasero y sus piernas mientras colocaba pegado a ella con mi pené erecto entre sus nalgas, esa sensación fue deliciosa, comencé a subir mis manos y aprisioné una de tetas mientras que con la otra tocaba su entre pierna y monte de Venus.

La frotación de mi verga en su culo era genial, sentía ya algo de lubricante en sus nalgas y mi pené se deslizaba muy bien. De pronto sentí que comenzaba a moverse para acomodarse en mi verga. Paré y espera a que diera el siguiente pasó. Giró su cuerpo lentamente hasta quedar pegada frente a frente, sentía sus tetas en mi pecho, sus pezones estaban duros como piedras y mi verga estaba pegada a ella casi a la altura de su ombligo, sin decir una palabra aproximo la mano a la lámpara y la luz se hizo presente entre los dos.

Me miró como nunca lo había hecho, fue acercando lentamente sus labios hacia a mi y nos fundimos en lo que fue nuestro primer beso de amor conscientemente.

Sentía su lengua recorrer mi boca, yo la abrace fuertemente acariciando su espalda y el principio de sus nalgas. Luego comencé a sentir su mano deslizando por mi cuerpo, acaricio mi verga que estaba totalmente dura, la separe un poco y comencé a besar su cuello hasta llegar a sus senos, los lamía y los metía a mi boca. Estaban deliciosos!

Puse mis manos sobre su nalgas, era increíble tenerlas por primera vez de manera directa! Eran realmente duras y tersas. Me di vuelo con trasero mientras ella no paraba de besarme.

Comencé a tocar el principio de su vagina bajando por sus nalgas, la tanga me impedía llegar hasta ahí así que coloque mis manos para empezar a bajarla. En ese instante ella me detuvo -espera, solo así...

Yo accedí, no quería forzarla. Continué con lo mío, ella tomo mi pené de lleno con su mano y comenzó a bajar y a subir, yo seguía tocando su entrepierna y su vagina, la tanga estaba empapada casi metida entre sus labios.

En determinado momento me dijo:

-Quiero que me la metas pero me da miedo... soy virgen.

En ese momento volví intentar bajar su tanga y ésta vez ella me ayudo a hacerlo.

Comencé a bajar por su cuerpo besando cada centímetro, justo como lo había imaginado tantas veces en mis relatos.

Llegué a su entre pierna y comencé a besarla, en un instante ella abrió las piernas y me permitió ver su linda vagina, estaba extasiado, sin pensarlo me acerque a ella, la olí y después saque mi lengua para ir explorándola poco a poco. Tenía unos labios deliciosos, en tono rojizo ya por la frotación, los pocos ...