El sexo no es como lo pintan - Relatos Eróticos

El sexo no es como lo pintan

... descender, volvió a tomar vuelo con solo verla.

Mi hermana inmediatamente tomó mi mano y me jaló hacia afuera de la habitación, trate de ocultar mi erección pero fue inevitable, mi hermana se percató de ella, se quedó pasmada, inmóvil.

Noté como en ese momento se sonrojó pero no dijo nada y, después de unos segundos, continuó su camino guiándome de la mano hasta la habitación de mamá.

Durante el camino yo no paraba de mirarle su trasero, sus dos nalgotas se veían deliciosas bajando y subiendo al ritmo con el que caminaba. Cuando llegamos a la habitación de inmediato se metió debajo de las cobijas y me invito a entrar. Con un salto llegue hasta ella quedando justo a su lado y arrime mi pené erecto de inmediato hacia su pierna, prendió la tv, parecía no molestarle la presión en la pierna, por el contrario se acurruco hacia mí y después de un rato viendo la película comencé a notar como sus ojos se cerraban.

No pasaron más de 15 minutos cuando ya estaba completamente dormida.

Casi una hora después terminó la película, apague la televisión y me acerqué a ella, coloqué mi mano sobre su costado y no hubo ninguna reacción. Yo estaba muy nervioso y temblaba un poco. Pasados un par de minutos comencé a deslizar mi mano bajando por su cadera hasta acariciar sus piernas, no podía creer lo que estaba haciendo pero no podía detenerme ahí, tenía que ir por más.

En ese momento sentía como mi verga vibraba pidiendo a gritos placer. Acerque mi cuerpo a ella y la abrace por completo y en ese momento pensé que despertaría ya que el movimiento fue algo brusco. Me detuve y ella produjo unos sonidos pero sin despertarse.

Cuando estuve seguro que aún dormía, coloque una mano sobre sus pechos y comencé a tocarlos suavemente mientras mi otra mano permanecía acariciando sus piernas.

Fui deslizando lentamente la mano que acariciaba sus piernas hacia su culito. En ese momento mi verga estaba totalmente dura y rozaba parte de su espalda.

Mi otra mano comenzaba a bajar el top para liberar sus senos, basto solo un movimiento para lograrlo ya que era de esos tops sin tirante. Comencé a masajear sus pechos deliciosamente.

Podía ver a través de la oscuridad sus pezones ya que entraba algo luz por las persianas. Eran grandes y firmes! Como me daban ganas de mordérselos!

Con la otra mano seguía acariciándole el culo. Me sentía en la gloria cuando de pronto, mi hermana realizó un giro inesperado y se liberó de mis manos. Abrió un poco los ojos y ese momento permaneció inmóvil, al parecer no sentía que sus tetas estaban al aire porque no hizo nada por cubrirlas. Giro una vez más y quedó frente a mí. Después de unos segundos volvió a cerrar los ojos y tras aguardar unos minutos, nuevamente me acerqué a ella y, con fineza y cuidado, le pegué mi verga parada a la altura de su vientre.

Pude ver de frente su tetas, eran perfectas! Comencé a frotar un poco mi verga en ella. Justo cuando estaba a punto de venirme me voltee hacia el otro lado y me vine ...