El sexo no es como lo pintan - Relatos Eróticos

El sexo no es como lo pintan

... amar eternamente, había acabado con el amor que ella sentía por él desde hacía mucho tiempo.

Siempre lo había visto como un la imagen ideal de lo que toda mujer quiere: Atractivo, serio, elegante y refinado. Su rostro era francamente irresistible, rasgos viriles pero refinados, y su personalidad ni que decir.

Pero quien hubiera dicho que tener un hombre tan atractivo terminaría siendo un arma de 2 filos? Más aun siendo profesor universitario donde las jovencitas lo asediaban a diario y él, que no era ningún santo, no tardó en caer en las garras de una.

Su esposo, impartía cátedras en el último grado de la carrera de derecho. Socializaba y educaba a todo tipo de jovencitas y no era raro, dado su enorme atractivo, que su clase estuviera repleta de chicas guapas y provocadoras.

Siempre había dos o tres de ellas que destacaban por ser guapas y sexys con cuerpazos extraordinarios. Pero al profesor nunca le habían atraído para una relación pues si bien eran un manjar difícil de evitar con la vista, sabía que en su casa le esperaba una mujer igual de atractiva que ellas pero de la que estaba completamente enamorado.

Lamentablemente esto cambiaría al conocer a Marisol, una pelirroja guapísima y con cuerpazo de vértigo que era de las que más enseñaba sus atributos físicos con su manera de vestir tan sensual y provocadora.

Marisol era la típica jovencita que usa sus encantos para favorecerse en sus notas con los profesores. Y con Rubén, el esposo de la doctora Clarisa, no sería la excepción.

Después de un semestre lleno de trabajos y exámenes parciales, con todo tipo de dificultades, Marisol terminó por reprobarlo con un 5.5 de calificación. Calificación que Rubén no acostumbraba a redondear a un 6 debido a que era muy estricto.

El último día para reclamar calificación, Marisol acudió a la cita que previamente había sacado con Rubén, en el salón de maestros, vistiendo su camisa escolar con más botones desabrochados de lo debido.

Rubén, al verla, no pudo evitar hundir su mirada en aquél suculento par de tetas que se asomaban a través del sujetador y su polla dio un respingo alucinante. Tan cautivamente monumento sexual frente a él, aunado al hecho de que llevaba más de 1 mes sin follar con su esposa, le hizo perder el control.

No vale la pena contar el resto pues, como se imaginarán, el profesor terminaría encamado con su alumna y en su propia alcoba.

Aquél día, la doctora Clarisa había salido más temprano que de costumbre por lo que sin más ni menos les había pillado cuando apenas estaban acabando de follar.

-Cómo pudiste!!- fue el desgarrador grito de la doctora envuelta en un mar de lágrimas.

Pero todo lo que su esposo había desencadenado no terminaría ahí pues, un día, acabando de llegar a casa, después de haber atendido a sus pacientes, la doctora Clarisa se percató de que el automóvil de Sebastián Jiménez, el director de la universidad en la que laboraba su esposo y mejor amigo de éste, se encontraba estacionado ...