El sexo no es como lo pintan - Relatos Eróticos

El sexo no es como lo pintan

... robaba del cesto de basura, la que usted tiene es la que más atesoro hasta ahora, sobre sus fotos y no paraba de pronunciar su nombre es mis múltiples orgasmos a diario. Su trasero era un deliro para mí, ya que cuando me masturbaba, las imágenes de su imponente culo estaban en mi mente y me hacían venir con abundancia

El tiempo pasó y mi hermana seguía siendo toda una princesa con sus torneadas piernas, lindas caderas y sus senos de muy buen tamaño. Su precioso rostro me hipnotizaba e inspiraba la creación de miles de poemas. Ya sabe, mi hermana era de esas chicas que no puedes dejar mirar cuando van por la calle.

Al paso de algunos meses el interés por mi hermana se hizo más grande al punto de que comencé a espiarla cuando entraba a bañarse y, cuando salía, trataba de estar en una posición estratégica para verla pasar solo con la toalla envuelta en su increíble cuerpo.

Me encantaba ver sus torneadas piernas caminar hacia su alcoba mientras su pelo aún seguía estando húmedo. No sabe lo mucho que deseaba secarla con la boca. Besar cada parte de su glorioso cuerpo, acariciarla y tratarle en la cama como una diosa.

Como todos los hermanos veíamos televisión juntos. Nos gustaban mucho las luchas a ambos y siempre, después de verlas, jugábamos a luchar entre nosotros. Yo fui quien induje a mi hermana en aquellos juegos y créame, mejor invento no se me pudo haber ocurrido.

Para mí era muy excitante jugar con ella. Mucho más ahora que estaba convertida en toda una mujer.

Durante ese juego, podía tener esos pechos y ese culo tan increíble a mi disposición ya que había ocasiones en que ella quedaba sentada sobre mi polla y nada parecía ser pecado porque, después de todo, "era parte del juego". Aun cuando mi verga se calentara tanto y se tallara contra su culo.

Estoy seguro que mi hermana la sentía, lo sé porque ella siempre intentaba moverse más arriba para evitar el contacto pero nunca hacia ningún gesto de reproche sino todo lo contrario, no paraba de reír y divertirse.

En una ocasión se le hacía tarde para el colegio, entonces escuche como entro rápidamente al baño y comenzó a darse una ducha, yo aquél día no asistiría porque había fingido estar enfermo. La verdadera razón era que quería quedarme para poder ir a espiar la habitación de mi hermana y ver que prendas me robaba. Bueno, apenas pude levantarme cuando escuché que la puerta del baño se abría, al salir de mi cuarto pude ver a mi hermana caminando de prisa hacia su habitación y en aquella ocasión llevaba mal colocada la toalla. Cuando paso a mi lado me sonrió y me dijo: se me ha hecho tarde! Olvidé que tú no irías y me olvidé de poner el despertador!

Apenas pasó de largo, sin dejar de seguirla con la mirada, me lleve una grata sorpresa al ver que parte de sus nalgas se veían ya que llevaba la toalla levantada de atrás. La imagen fue cautivante, valió más de 3 pajas aquél mismo día.

Otro día, nos quedamos solos en casa desde muy temprano, como era costumbre yo le ...