1. Tan Pervertido como el Abuelo


    Fecha: 14/08/2019, Categorías: Gays Autor: Nauj69, Fuente: SexoSinTabues30

    ... razón, las entrañas de ese niño se sentían maravillosas. A pesar de que su anito estaba increíblemente abierto, y mi tranca le entró con suma facilidad, el interior se sentía apretado, como si éste se adhiriera a mi carne viril, estrujándola con cada mete y saca de mi parte. Además se sentía muy caliente y húmedo; que yo podía sentir toda la esperma de las múltiples eyaculadas del viejo, que con cada embestida mía, el semen del abuelo me salpicaba los pelos y chorreaba por las bolas.
    
    –¡Eso es cabrón, así me gusta! —Me alabó el maduro semental que tenía al lado, sintiendo como el vicioso anciano me observaba detenidamente cogerme a Sebas; al mismo tiempo que me manoseaba una de mis nalgas.
    
    Yo quisiera decir que duré tanto como mi abuelo; pero la verdad es que todo eso fue tan placentero y morboso que con un par de minutos me corrí como nunca antes.
    
    –¡Bien hecho Rafita!¿Qué te pareció el culito de tu pequeño hermano?
    
    –In…increíble. —Contesté en lo que se la sacaba y veía como toda mi verga estaba embadurnada de esperma, más del viejo que mío seguramente.
    
    Él simplemente se carcajeó y se colocó la misma camisa que traía puesta ayer, pero sin abotonar, y salió de mi habitación sin nada que cubriera su llamativa entrepierna; dejando colgando al aire su vergota y enorme par de huevotes peludos, goteando semen al suelo.
    
    –Abuelo, ponte el calzoncillo. Podría verte Nico, ¿o pretendes cogértelo también? —No sé por qué dije eso; es que en ese momento mi cabeza estaba aún llena de muchas ideas retorcidas.
    
    –No es mala idea. Además, no veo porque no. —Respondió con esa maliciosa sonrisa con la que ahora yo lo identificaba-Iré a comer algo. Tú limpia y cura a Sebas.
    
    Cargué en brazos el desnudo cuerpo de mi hermanito de 6 años y lo llevé al baño. Ahí lo metí en la bañera y con la manguerita de la regadera comencé a limpiarlo, viendo como gran cantidad de semen le deslizaba entre los muslitos y piernas. Después lo sequé y sobre el felpudo le dije que se apoyara contra el retrete, espaldas a mí; entonces le separé bien las nalguitas y observé su anito rojo, ahora algo magullado. Así que tomé una pomada desinflamatoria y cicatrizante que había en el anaquel y despacito se la empecé a untar por el borde del esfínter y con un par de mis dedos también por dentro de su tibio recto. Eso me calentó ora vez, que combatí con la idea de metérsela nuevamente muy duro.
    
    –¿Por qué abuelito me hizo eso? —Me preguntó luego de permanecer todo ese rato en silencio.
    
    –Porque así es como los mayores nos decimos cuanto nos queremos y el abuelo te quiere muchísimo… Y yo también.—Agregué recordando que yo también lo había cogido fuerte.
    
    –Pero me dolió mucho.
    
    –Sí lo sé, pero a él le gustó y eso lo hace muy feliz. ¿O tú no quieres que el abuelo sea feliz? ¿A caso no amas al abuelito?
    
    –¡Sí, un montón!—Me respondió girándose porque yo ya había terminado con la pomada.
    
    –Entonces debes de dejarte siempre y no decirle a nuestros papás. Recuerda que tú ...
«12...891011»