El amigo hetero de mi hermano - Relatos Eróticos

El amigo hetero de mi hermano

... disposición. Notaba como no había oposición por mi parte mientras el me daba fuertes estocadas que me hacían estremecer. Me agarró fuertemente del pelo y comenzó a azotarme mientras me follaba acompasádamente.

Joder, como traga tu culo. Vaya puta maravilla.

Siiii, follame. - yo no podía decir mucho más.

Me metía los dedos en la boca y me levantaba por el cuello para poder volver a escupirme en la boca. Yo ya había dejado de tocarme la polla, porque el más mínimo roce iba a hacer que me corriera.

De repente me levantó del sofá con la polla aun metida dentro y andamos los dos juntos hasta la cama. Me tiró boca arriba y me abrió las piernas poniéndose entre medias. Qué imagen de dios griego con ese pedazo de polla. Se echó encima mía mientras me la clavaba con fuerza. Su polla entraba con total facilidad y no había un centímetro de nuestros cuerpos que no estuviese en contacto con el otro. Me besaba, me escupía y jadeaba en mi oreja. Estuvo empujando un buen rato mientras mi polla se frotaba con su abdomen.

Creo que me voy a correr. Quieres mi leche?

Si joder, préñame.

Te voy a dar la leche por la que llevas cachondo toda la noche.

Junto sus labios a los mío y dio un fuerte gemido mientras todos los músculos de su cuerpo se tensaban encima mío. Su polla se hinchó y comenzó correrse dentro de mi culo. La excitación hizo que yo me corriera a la vez llenando nuestros cuerpos de leche. Él siguió corriéndose bastantes segundos después con un leve vaivén para dejar toda su leche dentro mío. Sus bufidos fueron calmándose y sus fuertes brazos acabaron por ceder dejando caer todo el peso de su cuerpo encima mío. Su polla fue saliendo poco a poco de mi cuerpo mientras nos besamos dulcemente.

Joder Sergio, que follada... no podía imaginarme que fueses gay, bi o lo que seas. Laura lo sabe?

Bueno, es algo que ambos sabemos pero de lo que no hablamos. Cuando no estamos en la misma ciudad podemos hacer lo que queramos.

En ese momento se me encendió la bombilla recordando la conversación que tuvimos con Laura la noche que les conocimos.

Joder, pues ha sido impresionante.

Pues créeme que repetiremos. Laura no vuelve hasta el domingo que viene.