El amigo hetero de mi hermano - Relatos Eróticos

El amigo hetero de mi hermano

... sábado estando de cañas por Madrid me lo volví a encontrar en el bar donde estábamos. Estaba allí con un grupo de amigos a cada cual más espectacular. Resultó que Sergio era bombero y estaba de fiesta con sus compañeros de trabajo. Era temporada de lluvia y muchos de ellos habían librado y estaban con ganas de cachondeo. Cuando me vio dibujó una amplia sonrisa y se acercó con los brazos abiertos. Me saludó con un abrazo como si nos conociésemos de toda la vida y al juntar su cuerpo con el mio pude notar la firmeza de sus pectorales y su abdomen. Noté como su inmenso paquete se rozaba contra el mío. El abrazo se alargó extrañamente mientras el me agarraba por la cintura con ambas manos y me preguntaba que cómo estaba. Mi nerviosismo fue tal que hubo un momento que casi tartamudee. Le pregunté por Laura y me dijo que se había ido al pueblo a casa de sus padres y que él se había quedado de Rodríguez con los chicos. Comenzamos a beber cervezas a buen ritmo y los grupos se acabaron mezclando. Sergio se puso a mi lado y volví a notar el roce de su brazo contra el mio tal y como en aquella noche en la casa de mi hermano. El roce fue cada vez más intenso y claramente intencionado por su parte. De vez en cuando, debido al ruido del bar, se tenía que acercar a mi para poder escucharle y en ocasiones sus labios rozaban mi oreja. Su voz me excitaba sobre manera y llegó un momento en el que prácticamente estábamos aislados del resto del grupo. Pegados a una de las barras el me echó su brazo por encima de mis hombros para hablarme al oído y pegó todo mi cuerpo contra el suyo. Mi hombro derecho quedaba entre sus pectorales y mi brazo bajaba por su vientre hasta que mi mano rozaba su paquete. El lo rozaba haciendo parece que no era intencionado, pero hubo un momento en que noté como su polla palpitaba dentro de sus pantalones. Me puse tan nervioso que hice el intento de separarme para hablarle yo también a él al oído pero su brazo me tenía totalmente atrapado. Ya no sabía como escapar de este supuesto hetero. Me daba la impresión de que todo el mundo iba a pensar que era yo el que estaba intentando ligar con él.

Oye, me estoy meando, voy al baño un segundo.

Yo también, venga, que voy contigo.

Joder, lo que me faltaba. Cuando llegamos al baño el váter estaba ocupado por lo que solo había dos meaderos para hacer pis de pié muy pegados uno al lado del otro. Yo, intentando concentrarme, me puse en uno y él en el otro. Sin pizca de pudor y retirado un palmo del meadero se abrió el pantalón y sacó una polla morena y monstruosa. Estaba un poco morcillona y era claramente inmensa. No puedo imaginarme como sería estando dura. Él se puso a mear mientras hablaba conmigo y me miraba. Por educación me sentía obligado a mirarle mientras me hablaba, pero debido a la excitación y la bebida no pude contenerme y mis ojos buscaron ver su polla un par de veces. Yo ya la tenía dura como un canto mientras meaba. Él sonrió y al terminar de mear comenzó a sacudírsela ...