Consulta psiquiátrica - Relatos Eróticos

Consulta psiquiátrica

... dos minutos de tu tiempo."

"Esto es una locura" Acusé a mi doctor.

"Yo no soy el que acudió a un psiquiatra, María José." Me respondió con una amplia sonrisa.

"¿Tu piensas que yo estoy loca?"

"No te preocupes María José, yo te voy a curar." Me prometió.

"En diecisiete semanas, ¿verdad?" Pregunté con ironía.

"Y la semana ya casi ha terminado." Respondió mientras miraba su reloj.

"¿Ya? No progresamos mucho."

"Paciencia, querida."

"¿Puedo vestirme?"

Asintió, luego se reclinó en su silla y me observó mientras me vestía. No había timidez mientras me subía las bragas por las piernas, ni cuando levantaba el sostén del escritorio y cubría mis pezones erectos por la hinchazón de sus aureolas rosadas. De hecho, era como un orgullo pavoneándome mientras me mostraba ante él.

"¿Así que esto es todo?" Pregunté ya vestida.

"Por esta semana sí." Respondió y yo giré hacia la puerta. "Pero antes de que se vaya, ¿podría pedirte un pequeño favor más, señorita Cano?"

"Por supuesto, doctor" Estuve de acuerdo, contenta de que haya terminado mi primera sesión.

De alguna manera, a pesar de que había estado sentada desnuda frente a él durante casi cincuenta minutos, lo había encontrado más fácil de lo que esperaba.

"Puede que te parezca una petición extraña." Me advirtió.

"¿Por qué tendría que estar sorprendida, doctor?" Había una sonrisa en su rostro cuando respondí.

"Es parte de tu cura." Me prometió.

"Bueno, ¿de qué se trata, doctor?"

"Me preguntaba si me dejarías tus bragas."

"¡Qué! ¿Las que estoy usando? ¿Por qué?" pregunté. Inmediatamente mi mente se aceleró. "Tengo una reunión importante en treinta minutos... con algunos de los principales directores." Dije con dificultad. "Está bien, está bien, lo haré. Sé que ésta es una más de estas «pruebas» psiquiátricas para ver cómo reacciono. Tengo razón, ¿no?" Pregunté mientras levantaba rápidamente la falda de mi vestido y luego deslizaba las bragas de encaje y se las entregaba.

"¿Cuándo fue la última vez que no usaste calzones en el trabajo, María José?" Me investigó.

"¿Qué? Yo nunca..."

"Me gustaría que esta tarde fueras a tu reunión como estás ahora María José. Sin bragas. Y la próxima semana me puedes decir cómo te sentiste."

"Siempre se trata de sexo con ustedes, los psiquiatras, ¿no? Tenía miedo de llegar a esto. Ése no es realmente mi problema, ¿sabes?"

"¿Podrías intentarlo por mí? Solo una vez" Me preguntó sabiendo que el sexo era el tema central aquí.

Finalmente asentí con la cabeza y me volví hacia la puerta.

"¡Maria José!" Dijo justo cuando estaba a punto de desaparecer por la puerta.

"También es para mí."

"¿Quééé, lo qué es para ti?" La confusión se extendió por mi cuerpo.

"¿Puedo contarte un secreto?" Preguntó mientras yo retrocedía hacia él.

"Sí... por supuesto." Respondí con entusiasmo.

"Tengo un fetiche de bragas."

"¿Un qué?" Pero luego rompí en una sonrisa. "Estás tratando de probar mis respuestas de nuevo, ...