Consulta psiquiátrica - Relatos Eróticos

Consulta psiquiátrica

... todos modos, como estaba diciendo, no es nada..."

"¿Me permites que te interrumpa por un segundo, doctora Cano? ¿Tú eres abogada, verdad?" Pregunté, con un tono más formal.

"Sí… Soy abogada. Penalista. Bueno, lo siento, solo estaba..."

"Me pregunto si antes de adentrarnos demasiado en tu historia me podrías hacer un favor."

"Por supuesto, doctor."

Parecía como si él no tuviera prisa por saber porqué estaba visitando a un psiquiatra.

"¿Podrías quitarte la ropa, señorita Cano?" Preguntó suavemente.

Mis dedos se lanzaron involuntariamente hacia el botón superior de mi chaqueta. De hecho, había desabrochado el botón antes de darme cuenta de lo que me había pedido.

"¿Qué? Por qué?" Al no responder, decidí continuar. "La doctora Souto me hizo un examen muy completo... hace apenas dos semanas. Eso es lo que estaba diciendo."

"¿Así que prefieres no desvestirte?" Preguntó mientras escribía rápidamente algunas líneas más en su libreta.

"Me gustaría saber por qué." Dije mientras me movía nerviosamente en mi asiento. "¿Que escribiste?" pregunté, incapaz de ocultar mi curiosidad.

"No es importante por ahora," dijo pero en un tono que transmitía todo lo contrario. "Siéntete libre de dejarte tu ropa María José." Me ofreció un tono amigable mientras escribía algunas palabras crípticas más en su página y luego las subrayaba dos veces.

"No pensé... quiero decir... pensé que simplemente me harías acostar en un sofá o algo así. Como en las películas." Tartamudeé mientras indicaba el sofá del analista que tenía a la derecha de su escritorio. "Que me preguntes sobre mis sueños y esas cosas." Agregó claramente nerviosa.

"Cada psiquiatra opera de manera diferente", explicó en voz baja, luego escribió otra nota rápida en su libreta y luego dio vuelta la página.

"Si quieres, lo haré." Le dije mientras avanzaba en mi silla. "Tú eres el médico."

"No quiero que ye sientas incómoda en tu primera visita, señorita Cano." Me respondió mientras volvía a la formalidad. "Haremos otra cosa en su lugar".

"No me importa, de verdad que no, de verdad doctor Ballesteros... es sólo..." Mi voz se apagaba por la confusión, pero de nuevo me rápidamente me recuperé. "¿Era algún tipo de prueba psiquiátrica? ¿Es eso?" pregunté, mi aguda mente hurgaba el motivo de su petición.

"No estamos en la escuela, señorita Cano", me regañó suavemente. "No estamos dando excelentes calificaciones por dar respuestas correctas."

¿Sabría mientras hablaba que esta chica frente a él se había esforzado toda su vida para obtener todas muy buenas calificaciones?

"Ok, OK. Lo haré. O, de acuerdo." Casi grito mientras saltaba de mi asiento.

"¡NO!" Me indicó mientras deslizaba mi chaqueta por mis brazos.

Se notaban mis pechos eran altos y puntiagudos bajo la blusa de seda blanca que había quedado al descubierto. Se puso de pie y caminó hacia mí mientras yo permanecía indecisa, la chaqueta colgando tristemente de mi mano.

"Ven aquí María José." Me invitó ...