1. Consulta psiquiátrica


    Fecha: 10/08/2019, Categorías: Hetero Autor: ericaCL, Fuente: TodoRelatos

    ... de esperma. Después recolecté, frente a sus ojos, muestras de su esperma apestoso. Finalmente le dije que iba a llamar a la prensa."
    
    "Bien por ti María José." Me dijo mi doctor. "¿Qué hizo entonces?"
    
    "Yo temblaba. Estaba asustada. Sabía que él era capaz de hacer cualquier cosa. ¡Estaba furioso! Yo quería salir corriendo. Estaba tan asustada."
    
    "¿Pero no lo hiciste?"
    
    Negué con la cabeza.
    
    "Tenías razón doctor."
    
    "¿Sí?"
    
    "Una puede ser tan fuerte como débil. Se acercó a mí, doctor. Me abofeteó. Luego me agarró y apretó mis senos. Me dolió mucho. Pero me mantuve mirándolo fijamente, lo desafié."
    
    "¿Y?" Preguntó César.
    
    "Él bajó su vista y supe que yo había ganado, fue como si estuviera en la corte con un testigo reacio." Dije con orgullo.
    
    “Así que te han nombrado socia, deberías estar encantada.” Dijo su hermana cuando finalmente terminé mi relato.
    
    "Me volverá a coger, sé que lo hará, es un cerdo. Me prometió que lo pagaría." Dije indignada.
    
    "¿Por qué te quejas? Probablemente lo disfrutaste, ¿no? Eres una puta, te encantó su gran pene."
    
    "¡NO!"
    
    "¿Tuviste un orgasmo?"
    
    "Él me hizo... tener dos orgasmos."
    
    "¡Ja! Podrías haberlo detenido, eres una puta." Acusó Emilia.
    
    "Eso no es cierto, ¿verdad, César?" Imploré.
    
    "Deberías llamarlo «Doctor», no César." Instruyó la hermana, y luego agregó: "Sabes que tendremos que aumentar tu tarifa de consulta por hora a partir de ahora."
    
    "¡Qué! ¡Ya me cobras ciento noventa dólares la hora! Además ya estoy curada. Escuchaste a tu hermano."
    
    "No estás totalmente curada. Todos nuestros pacientes tienen que terminar sus diecisiete semanas. Es nuestra regla."
    
    "Tú no eres el doctor." Aclaré.
    
    "Tal vez deberías considerar cuánto dinero te hemos hecho ganar mi hermano y yo ayudándote a que te nombraran socia seis años antes."
    
    "Tú no me curaste, solo eres la secretaria."
    
    "Tu nueva tarifa es de mil dólares. Así que ahí." Respondió su hermana enfadada. Ambas nos volvimos hacia César.
    
    "Quítate las bragas por favor María José." Dijo el hombre.
    
    "¿Por qué?"
    
    "Acabas de decir que estabas curada, ¿no?"
    
    “Sí.”
    
    "¿Y qué te dije que iba a pasar cuando estuvieras curada?"
    
    "No sé." Respondí desafiantemente.
    
    "¿Qué te iba a hacer cuando estuvieras curada jovencita?"
    
    “Yo no lo haría, no vale la pena César, se acuesta con cualquiera.” —dijo Emilia enfadada.
    
    "Pero yo nunca me acostaría con mi hermano." Respondí moviendo el índice de manera acusatoria.
    
    "Olvídala César, te digo que no vale la pena."
    
    Me puse de pie, me levanté el vestido y luego rápidamente me bajé las bragas por las piernas. Un segundo después de haber depositado mi tanga roja sobre la mesa frente a él, dije:
    
    "Dijiste que me ibas a coger cuando me curara."
    
    "Sí, eso es lo que dije."
    
    Emilia, para no quedarse atrás rápidamente depositó su tanga de encaje blanco también encima de la mesa. Salimos del restaurante sin esperar el postre. Dejé las bragas como propina.
    
    Me siento una mujer ...