1. Matrimonio exhibicionista. 1 de 2


    Fecha: 10/08/2019, Categorías: Voyerismo Autor: vsop, Fuente: TodoRelatos

    ... labios levanté el trasero y me bajé las mallas y el tanga como me había pedido. Si no hubiera estado húmeda a esas alturas hubiera bastado esta última orden de Toni para conseguirlo. Me ponía muy cachonda cuando se ponían en plan mandón.
    
    —Ahora cierra los ojos y no los vuelvas a abrir.
    
    Durante un minuto o así no pasó nada, solo sentía el rodar del coche y que variaba de velocidad de vez en cuando. Era muy morboso saber que me podían estar viendo sin yo saberlo.
    
    —No sé si es lesbiana pero la chica de al lado se come tus tetas con los ojos — me dijo provocándome un jadeo.
    
    —Ahora es un camión — me dijo al poco —, no le veo, pero el conductor tiene una vista perfecta de tus tetas y tu coño.
    
    Se me escapó un gemidito.
    
    —En este coche van cuatro hombres. Si se inclinan más hacia este lado va a volcar, jajaja.
    
    Apreté fuerte los muslos. Debía estar empapando el asiento.
    
    —Mastúrbate, cariño.
    
    Me costó dios y ayuda no abrir los ojos para mirarlo, pero terminé separando las piernas y deslizando las dos manos entre mis muslos.
    
    —Eres un cabrón, me has encendido como te ha dado la gana — protesté frotando mi rajita, aunque en realidad estaba encantaba con el juego de mi maridito.
    
    —Voy a volver para casa, así que no tienes mucho tiempo. Hasta que no te corras no te puedes volver a vestir y abrir los ojos.
    
    —Capullo.
    
    —Sí, pero voy a salir de la circunvalación enseguida.
    
    Estaba asustada, pero la excitación me podía. Me metí dos dedos y me penetré furiosamente al tiempo que me pellizcaba el clítoris.
    
    —Anda, otra vez el camión de antes.
    
    Al tiempo que sentí que el coche aminoraba, sonaba el intermitente y se desviaba a la derecha, el potente orgasmo que había ido construyendo me asaltó como un ariete.
    
    —Aaaagghhhhh… me corroooooooo… cabróoooooonnnnnn…
    
    En ese momento, aunque presentía que íbamos por calles convencionales y a esa velocidad me verían hasta los peatones, me dominó la necesidad de disfrutar del orgasmo y hasta que no desapareció el último estremecimiento no retiré las manos de mi sexo. Con un fuerte suspiro me subí las mallas y abrí los ojos para buscar el resto de mi ropa. Sorprendida vi que estábamos en un polígono industrial desierto por ser domingo.
    
    —Eres un cabrón, cielito — le dije a mi chico con más cariño que otra cosa.
    
    —Sí, pero estoy seguro de que lo has disfrutado.
    
    —Muchísimo, no sabía que eras tan pervertido.
    
    —Jajaja, culpa tuya.
    
    —Puede.
    
    —Me toca.
    
    Como hice yo anteriormente, levantó el culo y se bajó los pantalones y calzoncillos hasta las rodillas. Me miró sin decir nada, pero le entendí perfectamente. Me quité el cinturón, me giré en el asiento y devoré su durísima polla. No paré hasta que la última gota de su leche caliente pasó por mi garganta.
    
    —¿Vamos a casa a follar? — le pregunté al terminar limpiando con un dedo una gota extraviada en mis labios.
    
    —Lo que la señora ordene.
    
    —¡Qué cara tienes!
    
    Pasaron algunas semanas. Lo que empezó siendo una “afición” mía, ...