1. Matrimonio exhibicionista. 1 de 2


    Fecha: 10/08/2019, Categorías: Voyerismo Autor: vsop, Fuente: TodoRelatos

    ... casa.
    
    —¿Y se han cumplido tus expectativas? — deslicé una mano hasta su lánguido miembro.
    
    —Totalmente.
    
    —Vale, pues me merezco un premio. Fóllame otra vez — le pedí.
    
    —Ni de coña. Tendrás que esperar un rato a que me recupere.
    
    —No creo que pueda esperar — recordar las miradas lúbricas de Lolo me había vuelto a poner cachonda —. Usa los dedos, anda, amorcito.
    
    —Jajaja, todo por la felicidad conyugal.
    
    Y los usó. Y muy bien.
    
    La semana siguiente no tuvimos oportunidad de cometer ninguna nueva travesura. Entre el trabajo, la casa y demás apenas nos quedaba tiempo para nada. Hasta que llegó el viernes y mi marido me propuso un plan para el sábado.
    
    —¿Qué te parece si mañana vamos a la playa? — me dijo según cenábamos.
    
    —No es que me parezca mal, pero ya sabes que se tarda casi dos horas en llegar.
    
    —Ya, pero es que había pensado en ir a la playa nudista.
    
    Me quedé con la boca abierta. ¿Cómo no se me había ocurrido? Era perfecto.
    
    Después del coñazo de las dos horas de coche llegamos por fin a la playa. Al contrario que las playas normales no había mucha gente, así que enseguida encontramos un sitio, extendimos las toallas y nos quedamos en pelotas. Mientras nos embadurnábamos de protector solar yo miraba el entorno. Hombres y mujeres, jóvenes y no tanto, paseaban o tomaban el sol completamente desnudos. Algunas, más recatadas se dejaban puesta la parte de abajo. La emoción que me embargaba desde que Toni me propuso el plan se diluyó lentamente. Casi desde el principio supe que esto no era lo que necesitaba. Por muy desnuda que me mostrara ante la gente, no funcionaba, no me causaba ni una pizca de excitación. Lo comenté con Toni que me vigilaba con atención esperando señales que no se produjeron.
    
    —Lo siento, cariño, tu idea parecía estupenda, pero no sirve.
    
    —¿Por qué? No lo entiendo — era yo la que deseaba mostrarme, pero noté decepción en su gesto. Parecía que a mi maridito le empezaba a gustar.
    
    —Ni yo, pero estar aquí así, por muy desnuda que esté no me provoca nada. Será que todo el mundo está igual, o que no hay ningún conocido que me mire, o que no insinúo nada estando completamente en pelotas, o… no sé, pero el caso es que no me pone nada.
    
    —¿Nada?
    
    —Nada. Echo en falta el morbo, la sensación de transgresión que aquí no consigo.
    
    —Bueno, al menos nos pondremos un poco morenos — me acarició fugazmente un pecho blanco como la leche.
    
    Estábamos en casa apoltronados en el sillón después de comer viendo alguna estupidez en la tele. Yo intentaba convencerme a mí misma de que la desazón que sentía por el fracaso de la playa era totalmente absurda e irracional. Que no por haber descubierto una forma de experimentar sensaciones tan apabullantes tenía que estar todo el día insinuándome. Decidido — pensé —, tampoco es que lo necesitara. Antes nunca lo había hecho y era perfectamente feliz.
    
    —Oye cielo — me dijo Toni removiéndose en el sillón —, esto es un rollo. ¿Aprovechamos y vamos a la compra?
    
    —Uf, qué ...
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