1. Vacaciones con la jefa 3


    Fecha: 14/05/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Virjal, Fuente: TodoRelatos

    ... piernas sobre mis hombros y de nuevo me sumergí. Era bastante pequeña, mi boca la cubría la perfección. Mi lengua la recorrió sin tregua, memoricé cada pliegue y su correspondiente gemido, chillido y resoplido. Finalmente, encontré el patrón que debía seguir, me tomó del cabello, aún húmedo por el baño, mientras yo formaba círculos con la lengua sobre su clítoris.
    
    Empezó a gritar. Noté como su cuerpo se curveaba. Se trató de cubrir la boca, pero no supo si hacerlo o continuar apretándose las tetas. No podía pensar, conocía bien esa sensación. Estaba siendo poseída y había perdido todo control de su cuerpo. Estaba a merced de alguien más, y ese alguien más era yo. Mi boca, mi lengua y mi aliento ahora eran quienes dictaban su vida.
    
    Fue uno de los mejores orgasmos que he presenciado. Todo su cuerpo perdió firmeza. Fue como un desmayo a pesar de que la veía respirar con dificultad.
    
    Me puse de pie. Admiré su cuerpo con satisfacción. Yo había logrado eso. Hacía mucho tiempo que no hacía algo parecido. Desde que estaba con Verónica no había estado con nadie a quién yo tuviese que darle placer. Siempre era yo la que tenía que abrir las piernas y esperar a que la otra persona se divirtiera conmigo. Era bueno, para variar, que yo hubiese sido la activa.
    
    Esa pobre chica boqueaba como un pez fuera del agua, pero aun así podía notar una sonrisita divertida. Y la humedad que había dejado en mi cara era evidencia de que se la había pasado muy bien.
    
    —Si todas las que me enviará Victoria son como tú, entonces estaré feliz de cumplir con mis obligaciones.
    
    —¿Qué? No sé a quién te refieres.
    
    Su mirada confundida era honesta. La mía era todavía más honesta.
    
    —¿Quién te envió?
    
    Ella por un momento dudó.
    
    —La señorita Williams me dijo en el lobby que subiera a hacer su cama. ¿Esta no es la habitación de la señorita Williams?
    
    No, no lo era. Maldita sea.
    
    —Creo que todo esto ha sido un terrible malentendido. Lo siento mucho, de verdad lo siento mucho.
    
    La camarista se puso de pie a pesar de que visiblemente le temblaban las piernas. Se trató de acomodar el cabello, y trató de ocultarme su mirada avergonzada. La había confundido, posiblemente, con una prostituta.
    
    Corrí a buscar mi bolso. Tal vez en algún lugar pudiese encontrar algunos billetes. Tal vez con eso podría corregir el error, pero para cuando junté un poco de dinero y salí para encontrarla, escuché la puerta cerrarse. No me quedó de otra más que quedarme ahí, desnuda, sudando y con el cabello el alborotado, mirando la salida que acababa de cerrarse.
    
    Algo me quedó claro. Yo no era como Victoria. Me gustaba jugar su papel, ser la dominante y posesiva, pero tenía conciencia. Victoria no tenía remordimientos. Ella puede a bofetearte y luego besarte sin ninguna consideración. Yo no podía. No podía ser ella ni siquiera jugando.
    
    Regresé a la cama aun sin vestirme y traté de acomodar las sábanas a su estado anterior a mi repentino revolcón. De pronto me sentía incómoda con mi ...
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