1. La preñada y sus ardores


    Fecha: 09/08/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... poco en el nacimiento de canal de ojete, y lo cierto es que no tardó mucho en quejarse
    
    -: Como me pica allá abajo todo, fray Macondo.
    
    -. Note preocupes Estrellita, ya verás cómo te pasa.
    
    Le pedí que se me dejara sobarla desde el frente, pues los brazos no me llegaban, y la estampa no podía ser más sugestiva, unos melones de tetas, y unas aureolas como campanas y los pezones como badajos. Estaba claro que la buena rapaza estaba en pleno efervescencia, lo cual aproveche para presionarla, diciendo que me tenía que ir…
    
    -: No se podrá quedar otro poco fray Macondo… pues estoy muy soliña…
    
    Me hice de rogar y comencé a sobarla bien por las tetas, haciendo que la camiseta desapareciera y tras ello la liberé del enorme sujetador, por lo cual pude solazarme ya no dando crema sino pasando a chuparle lo pezones que se abrieron como flores en primavera.
    
    No pasaron muchos minutos cuando me dijo que le mirada allá abajo y el culo pues le picaba muchísimo, y no sabía que le pasaba, sin más dilación, refregué bien el chumino con la braga puesta, pero cuando llegó el turno al culete la puse a cuatro patas, para gozar de la vista que arrojaba la rapazona, un ojete henchido y una buena raja, perlada por la grasienta pelambrera.
    
    En ese momento le arrimé al Bartolo, arremangando el habito monjil y dejando que sustituyera a mis manos en las caricias, siendo el momento en que me confesó que.
    
    -: Me gustaría echar un polvo, pero no quiero quedar preñada, y además me han dicho que no es bueno follar preñada que nos es bueno para no lastimar a la criatura.
    
    -. No te preocupes Estrellita, que una vez que estás preñada no se puede quedar dos veces, y que hay formas de echar un polvo sin lastimar a nadie. Te lo prometo.
    
    No le dejé ver a Bartolo, por no asustarla, y la hice echar de lado con una pierna adelantada, dejando ver su gran chochazo, me unté la polla bartoliana y la hice correr por el canalillo del chumino y de las nalgas para su satisfacción mientras le magreaba las tetas y la barriga, y le decía que sintiese a la criatura sintiendo a su madre feliz.
    
    Estaba feliz y se sentía halagada y con los agujeros plenos de tanto mejunje, por lo cual me incliné sobre ella y con un beso de lengua tras chuparle una vez los pezones, le fui introduciendo a Bartolo en el chumino, que se abrió como un floripondio preguntando si le metía la pirula o una culebra, pero pese a la dimensión y grosos de la tragó enterita, tenía la hermosa moza un chumino esponjoso y elástico, rezumando caldos y cremas, que la ponían a cien y por eso me pedía caña.
    
    -: Muévase frailecito, que sienta esa culebrona moverse en la chocha.
    
    Fui poco a poco bombeando hasta correrme como un animal, cuyo lechazo debió sentir al gritar que la quemaba con aquella leche espesa, que se llevá a la bosa y chupó hasta la saciedad, ante lo cual la invité a una buena mamada.
    
    Flipó cuando pudo ver a Bartolo, lo cual no le impidió medirlo, sopesarlo y dejarlo reluciente, pidiendo se lo ...