El pintor de renombre 4 FINAL. - Relatos Eróticos

El pintor de renombre 4 FINAL.

... a él. Lo supe el otro día en el pueblo, ahora comprendo porque no la posee cada día, ni la mira con deseo.- le explicaba amasando sus pechos, y la señora levantando la falda para frotarse la polla ansiosa.

-Menudo enfermo, gracias por su cumplido, y disculpe mi descaro ¡Mmmh! seré más cauta ¡Mmmmh!.- le decía ella, sin importarle un bledo lo que hiciera su marido, ella quería meterse esa polla y calentar al maestro para que le hiciera esas cosas tan bruscas que la volvían loca y la tenían todo el día pensando en él.

-Está bien, acepto sus disculpas, pero le tengo que reprender ¡plash! ¡plash! ¡plash! ¡plash!.- le dijo metiéndole toda la polla que pudo y azotándole los pechos para empezar a follarla y lamérselos.

-¡Ooh! ¡Ooh! ¡Ooh! ¡Mmmh! ¡Mmmmh! si, si ¡Ooh! ¡Ooh! ¡Oooojj! repréndame lo que quiera ¡Oooojj! ¡Mmmmh! ¡Ooooojj!.- consiguió decirle la señora, dejando que le levantara una pierna y notándola al fin toda dentro, agarrada a su hombro y su cabeza.

La señora se corría y la pierna le temblaba como sus pechos danzaban, Fabian no paraba y gozaba viendo su cara de goce y dejándose besar en el cuello. La soltó, le dio la vuelta con ella aún aturdida, y le levanto la falda en busca de su coñito, porque tenía un culito más estrecho y duro esperándole en el estudio.

-Recuerde, las clases particulares a una musa como usted, se las cobrare a la mitad que estas. Puede traer merienda o almuerzo cuando venga a mi casa, y siempre sin sujetador ni bragas.- le explicaba, metiéndole la polla de golpe, agarrado a su cadera y a su pelo.

-¡Aaaaah! ¡Mmmmh! ¡Aah! ¡Aah! ¡Aah! por supuesto ¡Aah! ¡Aah! ¡Aah! maestro ¡Mmh! ¡Mmh! ¡Mmh! ¡Mmmmh! ¡Mmmmh! ¡Mmmmh! .-se volvió a correr con la mano de el en su boca por tremendos gemidos, en cuanto noto la lefa ardiendo en el fondo de su coñito, y la lengua en su cuello.

Jadeaban y él le pegaba pollazos bruscos sin piedad, empujándosela con fuerza y ella empinando el culo, quedando de puntillas encantada. Le pego unos cuantos más, y se la saco girándola para despedirse de esas enormes tetas rojas.

-¡Mmmh! le puedo pagar más ¡Ooooh! No me importa el dinero ¡Mmmmh! es su arte lo que quiero ¡Mmmmh!.- le decía gozando de esa lengua que le recorría los pechos y esos dedos que jugaban con sus pezones con ternura.

La soltó, la ayudo a poner mejor su pelo alborotado, y volvieron a la casa quedando en pagarle lo mismo. Él se resistió, pero a otras les pedía el doble, y con semejante hembra tan dispuesta, accedió a cobrarle lo acordado.

Beatriz le vio entrar e ir a su recamara, quiso ir tras él, pero le falto valor. Él se lavó la polla con algo de sangre del coñito de su madre, y volvió al estudio sonriendo a la joven que enseguida se puso colorada. Busco en su baúl, y saco cuatro cuadernillos diciéndole:

-Túmbate y mira esto le dijo empujándola y dándole los cuadernillos.

La joven no se dio cuenta de que la abría de piernas en busca de su coñito, hasta que sintió su lengua subiendo por sus piernas ...