El pintor de renombre 4 FINAL. - Relatos Eróticos

El pintor de renombre 4 FINAL.

... mientras gozaba de ese culo que le intentaba echar pero se la ponía más dura.

Al fin le soltó las piernas, y se la saco echándose hacia atrás resoplando. Ana le siguio cogida a su cuello, y Sonia tomaba aliento besándole el cuerpo al pasar sobre ella. Pero Ana no quería que le volviera a comer el coñito, quería otra vez dentro la polla tiesa del maestro, sentándose en ella con la cara de sorpresa de los demás.

-¿Otra vez con tus travesuras, pequeña bruja?.- le dijo viendo que le ofrecía sus pechitos mientras se la clavaba ansiosa y le asentía con su sonrisa de niña mala.

-Muy bien ¡Mmh! eso está muy bien ¡Mmh! ¡Mmh! ¡Mmh!.- le dijo levantándola cogida a su culo y empezando a follarla cada vez más veloz.

La llevo contra el respaldo del diván, ahora sin sonreír, y Sonia apreciaba como la penetraba, como le había hecho a ella. Ana gemía en su hombro, y gozaba de la folláda salvaje, había visto lo bien que aguanto su amiga y no quería ser menos. Se miraron, y Sonia se acariciaba sus pechos sonriéndose cómplices.

Al rato yacían las dos abrazadas y muy relajadas, con el maestro creando más cuadernillos y su polla reposando satisfecha.

-Muy bien pequeñas brujas, lo habéis hecho mucho mejor de lo que esperaba, pero ya casi es la hora de comer. Vestiros y ya sabéis, discreción.- les dijo sacándolas de su trance.

Después de la comida amena, con las mujeres ensimismadas en lo que explicaba el pintor. Salió a fumar y esta vez le acompañaron todas muy atentas. Fabian ya conocía esa reacción, y las entretenía con sus gracias y piropos discretos. Pero la señora quería su ración de polla, y les dijo:

-Bien niñas, a vuestros quehaceres, el maestro y yo tenemos que hablar de asuntos importantes.- les dijo levantándose y tendiéndole un brazo a Fabian, que sabía lo que quería la señora.

-¡Pero madre, tengo que posar para el maestro!.- se quejó Beatriz, cruzando una mirada de deseo con el pintor.

-Lo se mi niña, no tardaremos, espérale en su estudio.- le dijo mirándole y el pintor asintiendo, mirando las tetas de piedra de la joven, que sonrió poniéndose algo colorada y se fue al estudio.

La señora no tardo en acelerar el paso hasta el hueco de césped entre los setos, y con las medias blancas manchadas del césped, le devoraba la polla a Fabian, que le empezó a decir:

-Señora, ciertamente tenemos que hablar de dinero por mis clases particulares, pero antes tengo que reprenderle por no ser más cauta, parece usted una jovencita desbocada.- le explicaba haciéndose la víctima, pero follándole el la boca con toda la polla ya entrando y la señora con la cara roja babeando en su escote encantada. La soltó, y la señora le dijo tomando aliento:

-Lo siento maestro, no sé qué me pasa desde que poso para usted, y mi marido ahora huye de mí, no quiere verme desnuda.- le decía dejándose levantar y sacar los pechos sobre el escote.

-No se preocupe por él, no es otra mujer, es un joven domador de caballos, que también parece que le ha domado ...