Años 70: Estudiando en Alemania 2 - Relatos Eróticos

Años 70: Estudiando en Alemania 2

... acariciándonos pasados unos minutos. En mitad de la noche me desperté con el pene relajado ya fuera de Briggitte, por lo que me acerqué a Karin, tiré un poco de ella separándola de Klaus y me abracé a ella. Ella se despertó, me dio un beso largo, nos tumbamos en un lado de la cama abrazados, y nos dormimos de nuevo.

Por la mañana, al despertarnos, cada uno folló con su pareja lentamente y saboreando el momento. Karin se subió sobre mí y estuvo cabalgándome mientras yo le besaba los labios y le mordía los pezones. Junto a nosotros Briggitte montaba a Klaus y, varias veces, yo le tocaba a Briggitte el pecho y Klaus a Karin, morreándose ellas cuando podían. Terminamos casi a la vez. Luego nos dimos una ducha, nos vestimos, nos dimos las señas y los teléfonos fijos de casa para localizarnos y nos despedimos con un abrazo.

Tuvimos que hacer casi 15 kilómetros en bici hasta llegar a la estación del tren para tomarlo y volver a Múnich. Llegamos molidos porque casi no habíamos dormido, pero antes de irnos a dormir, pasamos por las cabinas de teléfonos en la estación de tren y llamé a casa para decir que seguía bien y saber si habían mandado la maleta. Contestó mi madre.

- Hijo, hemos pensado tu padre y yo que tenemos que ver dónde te quedas. Te íbamos a dar la sorpresa, y presentarnos sin avisar, pero ya que llamas, te lo decimos. Llegamos mañana en avión a verte. ¿Verdad que es una sorpresa?

- No te lo imaginas, mamá - dije mirando a Karin.

- Vamos a un hotel cerca de tu pensión, en el Schwabing, el Steigenberger Hotel. - dijo mi padre desde atrás - estaremos sobre las 4 de la tarde allí. Pásate sobre esa hora por el hotel. Dame, de todas formas, el teléfono de la pensión, y si hay algún retraso, te llamo antes desde una cabina de cualquiera de los dos aeropuertos.

- Vale. Pues mañana, me paso a esa hora y espero a que lleguéis.

Colgué el teléfono y miré a Karin.

- Karin, vienen mis padres mañana a verme, bueno… a vernos.

- Schätzchen (cariño), esta noche pensamos como les explicamos que yo esté aquí. De momento, tan cansados, no vamos a pensar bien. - me animó Karin. - Vamos a dormir un par de horas y nos sentamos a hablar.

Así lo hicimos. Llegamos a la pensión, nos desnudamos y nos acostamos. Acariciándonos nos dormimos un buen rato. Al despertar volvimos a hacer el amor de una forma suave. La noche anterior había sido muy fuerte, excitante pero cansada. Había sido nuestro primer intercambio de parejas.

Una vez que nos levantamos, nos fuimos al Jardín Inglés a pasear y nos sentamos a tomar una salchicha con patatas fritas a un puerto callejero, un Imbiss. Luego allí, junto al rio Isar, nos tumbamos en la yerba mirando al cielo, con la cabeza de Karin sobre mi estómago. La solución con mis padres habría que pensarla con paciencia.

- Jorge, ¿cómo piensas contarles que yo estoy aquí?

- Yo creo que ellos nunca van a entender nuestra relación - dije, reconociendo internamente que se me había puesto un nudo en el ...