Un día de mierda - 5 - Relatos Eróticos

Un día de mierda - 5

... manos.

Nos cambiamos para salir a tomar algo por ahí pero cuando bajé a la planta de abajo, Toño que acababa de llegar a casa y estaba, como de costumbre, con la puerta del frigorífico abierta, tenía los restos de las bragas de su madre en la mano y las miraba con cara de panoli.

Tira eso a la basura, le dije. Y pídete algo para cenar, que mamá y yo cenamos fuera.

Salimos por la zona cerca de casa y nos sentamos a cenar en una terraza conocida. No quería dejar pasar el momento para preguntarle sobre su amante. Sabía que si no lo hacía ese día, seguramente Maite nunca más quisiera volver a sacar el tema.

Puedo y quiero pensar, le dije a Maite, que lo tuyo con ese pavo ha terminado ¿verdad?

Maite se me quedó mirando un segundo. Probablemente no quería hablar del asunto pero yo necesitaba cerrar aquello y ella lo debió entender.

Está terminado, me dijo. Tú nunca has sido, ni serás, un segundo plato para mí. Nunca me hubiese ido a vivir con él. Me hice alguna ilusión de comenzar una nueva vida pero te puedo asegurar que llegado el caso, jamás te hubiese abandonado. Ni a ti, ni a los chicos. Me podrás creer o no pero es así. Si aquel día de mierda dudé en contestarte es porque me pillaste de sopetón. Mi cerebro, me temo, funciona a menos revoluciones que el tuyo.

Maite, sabes que te quiero pero no puedo dejar de pensar que has vuelto conmigo porque ese tío se rajó y no quiso ningún tipo de compromiso cuando le contaste que yo me había marchado de casa.

Nunca se lo conté. No hizo falta.

Me quedé mirándola con cara de bobo. No entendía nada.

A “ese tío” como tú le llamas, le conoces. Os lo montasteis hace un montón de años y te ha mandado un video de recuerdo ¿verdad?

Ahora sí que me cambió la cara y Maite se empezó a reír.

Joder… y tú sin contármelo… Con las ganas que siempre he tenido de que hiciéramos un trío…

Maite me contó que Javier, su amante, me había reconocido en la foto que le sale a ella en el móvil cuando le entra una llamada mía y que a partir de ahí le había estado haciendo preguntas sobre mí, sin darle más detalles. Un día de hacía unas semanas, después de que yo me hubiese ido de casa y tras echarle un polvo, le contó la historia enseñándole el video y le comentó que me lo había enviado para ver como reaccionaba. A Maite la bisexualidad de su amante le importaba un pimiento. Es más, hasta le ponía pero el muy gilipollas se debía pensar que ella estaba colada por él y que iba a permitir un chantaje, o cualquier otra cosa, a su todavía marido. Al saberlo Maite lo mandó a la mierda y desde entonces no había vuelto a verlo.

Le conté a Maite el resto de la historia, incluido que había vuelto a quedar con Javier y como descubrí que él era su amante a través de la matrícula del coche.

Es bastante engreído y pagado de sí mismo pero he de reconocer que es un tipo divertido y que folla muy bien, me dijo Maite.

¿Mejor que yo?

Sois distintos, respondió riéndose

Y la tengo más grande, respondí yo ...