1. Un día de mierda - 5


    Fecha: 07/08/2019, Categorías: Bisexuales Autor: MadridRelatos, Fuente: TodoRelatos

    ... ella quien apoyó su cabeza en mi hombro para seguir confesándose.
    
    Y también me asusta que Toño y Diego se marchen y quedarme sola y llegué a pensar que vivir con él podría ser más divertido que hacerlo contigo y…
    
    Ahora Maite empezó a llorar y a hipar más fuerte
    
    … y he sido una gilipollas…
    
    Estaba claro que lo había dejado con Javier. Seguramente le habría contado que yo me había marchado de casa y por eso él tampoco mostró mayor sorpresa al verme viviendo en un apartamento y probablemente también, él no quisiera comprometerse pero ahora no se lo iba a preguntar y dejé que siguiera desahogandose un rato más.
    
    ¿Qué vas a hacer? Le volví a preguntar mientras le acariciaba la espalda para calmarla.
    
    Maite bajó una de sus manos para acariciarme el paquete mientras seguía con la cabeza apoyada en mi hombro.
    
    Vaya… parece que ya has tomado una decisión, le comenté.
    
    Mientras tanto me fue desabrochando el cinturón para, metiendo la mano por dentro del pantalón acceder directamente a mi herramienta, que empezó a sobar con ganas a la vez que amasaba mis huevos.
    
    ¿Tú, qué vas a hacer? Me preguntó a mí mientras seguía con el sobeteo.
    
    La subí sobre la encimera, arrastrando la falda hacia atrás y dejando a la vista sus bragas blancas de encaje. Le abrí ligeramente las piernas y me lancé a besarle el interior de los muslos acercándome a su vagina. El olor y la humedad que empezaba a mancharle las bragas me encendieron y con una de las manos me bajé los pantalones hasta donde pude para liberar completamente mi polla. Quería comerle el coño pero me lo impedía la ropa interior, así que me incorporé un momento y eché mano de las tijeras de cocina que estaban, junto al resto de cuchillos, pegadas en un imán de la pared. No sé lo que le habrían costado las braguitas pero quedaron hechas trizas.
    
    Me lancé de nuevo a la entrepierna. Estaba ansioso y metí la lengua en la raja, recorriéndola arriba y abajo e intentando penetrarla con ella. Le había crecido el vello desde la última vez aunque la cosa era aún manejable, así que me centré en lengüetear el clítoris mientras la penetraba con los dedos. Maite empezó a jadear fuerte, sujetándome la cabeza con la mano a la vez que me la apretaba contra su pubis y parecía que se iba a correr en breve, cosa rara en ella. Debía de llevar tiempo con ganas pero no le iba a dejar disfrutar tan rápido. Me incorporé y cogiéndomela con la mano se la metí de un golpe mientras me lanzaba a comerle la boca y a amasarle las tetas que intentaba sacar de la copa del sujetador sin mucho éxito.
    
    ¡¡Cómo echaba de menos el calor y la humedad de su coño atrapando mi verga…!! entre lo dura que me la había puesto y la presión de las paredes de su vagina estaba a punto de explotar pero hoy, íbamos a tener una reconciliación le las de no olvidar.
    
    Me salí de su interior y la bajé de la encimera mientras seguía besándola. Con cuidado le desabroché los botones de la blusa y le quité el sujetador para lanzarme a comerle las ...
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