Viaje al paraíso con mi madre - Relatos Eróticos

Viaje al paraíso con mi madre

... ella . Un coño perfectamente depilado , suave , delicioso , que lleve a mi boca y chupe con toda dedicación, recorriendo cada milímetro de este con mi lengua , succionándoselo fuertemente , arrancándole lamentos de placer. Por largo rato mi lengua al interior de mi madre, que se movía de lado a lado , presionando su sexo contra mi , gozando de mi lengua . Estuve a punto de hacerla acabar , se movió rápidamente para no hacerlo y me acostó de espaldas en la cama . Sabía lo que se venía , pero ni en mis mejores sueños fue tan perfecto. Gateando sobre la cama , como una gata en celo , se fue acomodando , agarrándome la verga , pasándosela por sus tetas, haciéndola rozar por sus pezones , pasándosela por la cara , para luego meterse mi verga a la boca y darme la mejor mamada de mi vida. Su cabeza bajaba y subía , dándome un placer indescriptible. A ratos la sacaba de su boca , me lamía las bolas , sintiendo su respiración agitada , para volver a meterla a su boca y succionar con más fuerza aun.

Luego subió a buscar mi boca , nos besamos deliciosamente , mientras nuestros sexos se juntaban para volver a compenetrarse. Con mi madre encima mío, mis manos en sus hermosas nalgas, mi verga dentro de su cuerpo , comenzamos a coger nuevamente. Se incorporó y me montó como una vaquera , enterrándose toda mi verga hasta el fondo , moviéndose de lado a lado haciendo mas intensa la penetración. Era un sueño hecho realidad, sus imponentes tetas ahí, al alcance de mis manos , todas para mi , se veían hermosas al igual que ella. Me deleite tocándoselas a mi antojo, acariciando sus nalgas, sus piernas, era toda mía.

Jamás pensé que mi madre pudiese ser tan caliente, tan apasionada, se salió de encima mío y ella misma se colocó en cuatro sobre la cama, dándome una espectacular vista de sus nalgas. En segundo ya la estaba penetrando por detrás, afirmado de sus caderas , con su hermosa cola solo para mi , dándole con fuerza , golpeándola con mi cuerpo , sacándole gemidos de placer que inundaban todo el cuarto. En un momento , apoyó su cara sobre la cama y con sus propias manos se abría las nalgas para hacer más profunda la penetración. Fue realmente un espectáculo que no me lo esperaba y con más énfasis continúe dándole , diciéndole el tremendo pedazo de hembra que era , alabando su cuerpo.

La di vuelta , coloque una de sus piernas sobre mi hombro y arrodillado sobre la cama seguí cogiéndomela , viendo su hermoso cuerpo , ese cuerpo trabajado , sus curvas perfectas , sus tetas imponentes desafiado la gravedad , solo deteniéndome para buscar su boca y volverla a besar.

Terminamos en la pose del misionero, mi madre con las piernas completamente abiertas , yo entre ellas , besándonos sin parar , sintiendo sus manos en mis nalgas , apretándomelas fuertemente , hasta que me abraza con sus piernas fuertemente y sus jadeos ya se volvieron una locura , avisándome que estaba acabando. Con gran esfuerzo me mantuve aguantándome las ganas de acabar yo también , aunque ...