Viaje al paraíso con mi madre - Relatos Eróticos

Viaje al paraíso con mi madre

... Sorprendentemente ella también lo hizo, llevé mi lengua a su boca rozando la de ella , la que instintivamente se movió juntándose con la mía. Fueron solo unos 5 segundos nada más, pero fue delicioso, me quedó mirando, riéndose como si nada hubiese pasado y tomándome de la mano me sacó a bailar. Muy sensualmente bailaba al medio de la pista, me daba la espalda y me colocaba el culo, para darse vuelta y reírse coqueta, sabiendo yo creo como me estaba colocando.

Ya no me importaba nada, estaba algo ebrio, nadie me conocía, nadie sabía de nuestro parentesco y en medio de la pista la tome de la cintura y la trate de besar. Ella solo se reía sin dejar de bailar y esquivaba mi boca, hasta que en un momento, me coloca los brazos sobre los hombros y ya no se corrió. Nuestras lenguas se encontraron y esta vez el beso fue un poco más largo, cerca de un minuto, para volver a soltarse y seguir bailando, como si nada hubiese pasado. Volví a intentarlo, pero no pude. Abandonamos la pista, yo abrazándola fuerte por detrás, caminando entre la gente, hasta que volvimos al sofá donde teníamos los tragos.

Me paso mi copa y brindo por las mejores vacaciones de su vida, que lo había pasado genial y que me amaba con todo su corazón, respondiéndole de igual manera. Bebimos y sellamos nuestro brindis con un beso que ésta vez, ella me dio a mí. Duró como un minuto, se alejó, algo dubitativa , como arrepintiéndose de lo que había hecho, pero yo no la dejé, la besé nuevamente y esta vez ella no lo cortó, y ese si fue un beso largo, intenso, exquisito. Nuestras lenguas se juntaron acariciándose mutuamente, mescla de ternura y pasión.

Al cabo de ese beso, se tomo su trago y quería ir a la pista nuevamente. Ya era tarde, estaba ebria y yo ya quería tenerla en nuestro cuarto solo para mí. Le dije que nos fuéramos, insistió un poco, me pidió el ultimo baile y que de ahí nos íbamos. En medio de la pista , me bailaba mas sensualmente , yo la apegaba a mi cuerpo , deseándola y ella moviendo su hermoso cuerpo al compás de la música.

La tomé de la mano y nos fuimos, salió abrazada a mí caminado por la orilla de la playa. A ratos se soltaba y bailaba sola bajo un mar de estrellas. Recordó su trofeo, que se nos quedo en la mesa, quería volver a buscarlo, pero no la dejé, diciéndole que de seguro ya no estaría. Camino al hotel abrazados como una pareja de enamorados, me detuve y nos volvimos a besar bajo unas palmeras, un beso mucho más intenso, abrazados fuertemente, sintiendo sus grandes pechos apegarse mas junto al mío. Nos dijimos cuanto nos amábamos y continuamos a nuestro cuarto.

Apenas cerré la puerta tras de ella, la tome por detrás , la abracé fuertemente, bese su cuello , la dí vuelta y nos fundimos en un fogoso beso , apasionado , nuestras lenguas luchaban en la boca del otro, nuestros cuerpos se juntaban cada vez más , comencé a tocar todo su cuerpo, como un hijo no debe tocar a su madre y a ella le gustaba. Estaba excitada, no ponía reparo a las caricias ...