1. En pandemia (5)


    Fecha: 02/08/2019, Categorías: Incesto Autor: holandes errante, Fuente: TodoRelatos

    ... a su madre - Si la tocas bien ya verás cómo se corre.
    
    -¿Es eso verdad, zorrita? - dijo Luis, acercando su boca a la boca de Alba y frotándole el clítoris con dos dedos - ¿Te correrás si sigo tocándote?
    
    Alba no contestó. Gimió de placer y entrecerró los ojos notando como todo su cuerpo se estremecía. Entonces, Antonio le soltó las manos y las llevó a sus tetas, agarrándolas y sobándolas al tiempo que le frotaba la polla por el culo.
    
    Ahora ella estaba libre. Podía empujar al tal Luis y salir de allí corriendo. En vez de eso, cuando su hijo le mordió el cuello solo gimió con más fuerza y apretó los dientes.
    
    -Venga, zorrita linda - le susurró Antonio al oído - Dile a mi amigo que te correrás si sigue tocándote el coño.
    
    ¿Eso era para él? ¿Su zorrita? Se quejó levemente cuando Antonio pellizcó ambos pezones y los retorció entre sus dedos
    
    -¡Qué se lo digas! - ordenó.
    
    -Sí... dios... sí... me correré si sigues... tocándome - dijo al fin la mujer mirando a los ojos al hombre que le estaba ahora metiendo dos dedos en el coño y follándola con ellos.
    
    -¡Pues aún no te vas a correr! - exclamó Luis sacándole la mano de entre las piernas y dejándola al borde de orgasmo. Ella le miró como implorándole que siguiera.
    
    Antonio volvió a besarle el cuello, a morderle el lóbulo de la oreja. Acercó su boca al oído.
    
    -Le dije a mi amigo que eres una mamona de primera. Arrodíllate y demuéstrale que no mentí - le susurró al tiempo que, poniendo ambas manos en los hombros de su madre la empujaba hacia el suelo.
    
    Antonio no tuvo que empujar con fuerza. Solo la guio ya que Alba, al sentir las manos de su hijo en los hombros, entendió lo que debía hacer y se arrodilló frente a Luis. Ante sus ojos quedó la abultada bragueta del muchacho. Levantó la mirada y se encontró con los ojos de Luis.
    
    -¡Sácame la polla! - exclamó.
    
    Alba no pudo evitar que las manos le temblaran mientras las levantó y las llevó hasta la abultada bragueta que tenía delante. Sintió un escalofrío cuando bajó la bragueta. Metió una mano y tocó la dura polla del joven muchacho, el cual no apartaba la vista de ella. Buscó el borde del calzoncillo, metió la mano y agarró la caliente y suave dureza. Un nuevo estremecimiento recorrió su cuerpo.
    
    Con la destreza obtenida gracias a su hijo, Alba sacó la dura verga del amigo de su hijo. La miró, la sintió en la mano. Parecía tan grande como la de Antonio. Quizás algo más fina. Pero totalmente circuncidada.
    
    Antonio, al ver que su madre dudaba, la agarró con ambas manos por la cabeza y sin brusquedad, pero sí con firmeza, la acercó hasta la polla. Alba abrió y la boca y la segunda polla de su vida entró en ella.
    
    -Eso es, cómele la polla a mi amigo. Hazme sentir orgulloso de ti - le dijo Antonio, soltándole la cabeza.
    
    La mujer, tal y como había sido enseñada, empezó a mamar la nueva polla sin dejar de mirar a los ojos de Luis, que la miraba maravilla. No todos los días tenía la suerte de tener a una bella mujer arrodillada ...
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