1. La recepción del hotel: Ana, la lavaplatos de 16 años


    Fecha: 01/08/2019, Categorías: Hetero Intercambios Sexo con Maduras Autor: Dancarrera, Fuente: SexoSinTabues30

    ... útero que ya ha sido preñado una vez.
    
    Ana cae rendido en el hombro de su amante, los últimos espasmos sacuden su cuerpo y vagina exprimiendo las últimas gotas de semen de su amante.
    
    Besándose como amantes que verdaderamente se aman, la pareja disfruta de sus últimos momentos. Ana se aferra a la cabeza de su amante que estruja con fuerzas agradecida por brindarle un momento de libertad y placer sin responsabilidades.
    
    En su interior siente que el pene despierta de nuevo emocionandola, su exnovio nunca pasó de dos orgasmos y este hombre va por un tercero.
    
    De pie, Ana sube y baja al ritmo que le impone su amante, su vagina hace espuma mezcla de sus jugos y el semen que tiene dentro, se aferra con fuerza al cuello del hombre gimiendo de placer, gritando incoherencias, disfrutando de la cogida salvaje como hacía años no le daban.
    
    La suave piel de la chica es exquisita, su aroma embriagante, el calor de su vagina acelera su pulso, sus gritos son hipnóticos, nuestro protagonista se está cogiendo a una madre soltera de 16 años de pie en la sala de su nueva casa, está festejando que la perra aceptó venir a verlo todos los martes para coger de manera salvaje y llenarla de leche, incluso dejó abierta la posibilidad de romperle el culito virgen de 16 años que guarda y protege con recelo.
    
    De pie ambos descargan su último orgamo y caen al piso agotados, particularmente él.
    
    Ana plancha el uniforme, prepara la comida, lo acompaña un par de cuadras y se despiden con un beso.
    
    En su casa recoge a su hijo, le paga al arrendador los meses de renta, paga sus servicios, hizo su despensa, le compró galletas a su hijo y duraznos en almíbar para ella, ama los duraznos en almíbar.
    
    Sentada en su casa a las 10 de la noche le manda una foto a su nuevo amante, desnuda, con su vagina abierta, comiendo duraznos en almíbar y un mensaje «Gracias».
    
    Continuará.
«12345»