1. El Regalo: Conociendo el Establo


    Fecha: 24/03/2019, Categorías: Incesto Autor: Atlas, Fuente: TodoRelatos

    ... amiguita.
    
    A Silvia le ataron las dos manos a la percha que colgaba de la polea y estiraron la cuerda hasta que quedó apoyada únicamente con la punta de los pies.
    
    — Mirad lo que he encontrado. — Laura les mostró una bolsa de tela llena de pinzas de la ropa.
    
    La chica se acercó a Silvia y le puso una pinza en cada pezón, le dio un suave beso en los labios y se dirigió a María que la observaba con una mezcla de miedo y deseo en la mirada.
    
    Laura se apretó contra la indefensa mujer y la abrazó, María sintió la calidez del cuerpo de la joven contra ella, los pezones se le pusieron duros en cuanto se los tocó y cuando le colocó las pinzas apenas se quejó.
    
    Mientras tanto Paco había cogido una cuerda bastante gruesa y había empezado a descargarla sobre Silvia, iba cambiando de posición para asegurarse de que los golpes le llegarán desde todos los ángulos, su espalda, nalgas y muslos se enrojecían visiblemente con cada golpe recibido, el dio un paso atrás y agitó la cuerda con energía de abajo arriba, esta describió un movimiento sinuoso hasta golpear con precisión el coño de Silvia, este golpe maestro consiguió lo que no habían conseguido todos los anteriores, arrancar un aullido de la garganta de la mujer.
    
    Después de unos minutos usando la cuerda para golpear a Silvia Paco se acercó a ella y cogiendo las pinzas de los pezones las retorció con saña, los estiró levantándole las tetas, al tener las pinzas apretadas con sus manos la presión era mayor y no se soltaban, la tensión aumentaba con sus manipulaciones al mismo ritmo que los gemidos de la mujer atada.
    
    Paco se sacó la polla y levantando a Silvia por las nalgas se la endiñó hasta los huevos de un empujón. Tener a Silvia colgando de la polea le permitía manejarla sin esfuerzo, la balanceaba adelante y atrás para follársela, cuando sintió que se iba a correr arrancó las pinzas de las pinzas de los pezones de Silvia.
    
    La mujer aulló cuando los pezones perdieron la presión de las pinzas y recuperaron el flujo sanguíneo, volvió a aullar cuando Paco aprovechando el balanceo se la sacó del coño y se la metió en el culo de un único golpe de riñones. Cuando sintió el calor de la corrida del hombre en su interior quedó colgando sin fuerzas esperando que la descolgasen.
    
    María no había perdido detalle de todo lo que había pasado, los gruñidos de excitación de Silvia la habían excitado a ella también. La sensación de sentirse empalada y las pinzas de sus pezones la estaban llevando a un nivel de perturbación que nunca hubiese esperado. Ver a su marido follando a otra mujer le había producido sentimientos enfrentados, por un lado, una punzada de celos, por otro la había liberado ya no le quedaba ningún vestigio de culpa que pudiese tener por haberse follado a otros hombres, desapareció de un plumazo y solamente le quedaba el afán por disfrutar.
    
    Miguel no había participado en el sometimiento de Silvia, él estaba pendiente de María, los gestos de la mujer denotaban su excitación. Se acercó ...
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