1. El Regalo: Conociendo el Establo


    Fecha: 24/03/2019, Categorías: Incesto Autor: Atlas, Fuente: TodoRelatos

    Aquella mañana Paco se había encerrado en el establo, tenía un montón de cosas en mente. Ya había estado revisando con que podía contar, básicamente un montón de útiles de labranza y algunas herramientas de carpintería
    
    Lo primero que hizo fue sacar el mango de una vieja azada, el palo estaba suave y lustrado por el uso, luego tomó dos taburetes de madera de los que tenían un agujero central para transportarlos, pacientemente fue ampliando el tamaño del orificio hasta conseguir que el diámetro del mismo fuese suficiente para poder pasar el mango a presión.
    
    Con ayuda de una maza hizo pasar un buen trozo del mango de la azada, lo sujetó con unos tornillos por la parte inferior para que no se moviese, cuando terminó unos quince centímetros del cilindro de madera asomaban en el centro de cada banqueta. Le tocó lijar un buen rato hasta que quedaron perfectamente limpios, suaves y con las puntas redondeadas.
    
    Paco observó orgulloso su obra, siempre había sido bastante habilidoso para las tareas manuales, pero nunca las había aplicado para algo de ese estilo, volvió a comprobar la solidez del conjunto y quedó muy satisfecho, aquello aguantaría perfectamente el uso que pensaba darle.
    
    Lo siguiente fue comprobar la polea que colgaba de la viga central, fue pasando la cuerda comprobando que estuviese en buen estado, una vez satisfecho con la revisión se colgó de la misma para comprobar su resistencia, tanto la cuerda como la polea aguantaron perfectamente. Volvió a coger la maza y clavó dos estacas en el suelo de tierra justo debajo de la polea.
    
    Colocó las dos banquetas que había preparado junto a la pared, colocadas estratégicamente debajo de dos argollas que originalmente habían sido instaladas en el muro para atar el ganado. A las argollas enlazó dos trozos de cuerda y en el otro extremo ató firmemente dos de los collares de perro que habían encontrado en el armario.
    
    Mirando la cuerda que colgaba de la polea tenía la impresión de que le faltaba algo, entonces cayó en cuenta de que tenía una percha metálica para colgar el cerdo en la matanza. Él no tenía intención de colgar ningún cerdo, pero para lo que pensaba colgar sí que le venía bien. Sujetó firmemente la percha a la cuerda y la dejó a una altura de unos dos metros y medio.
    
    Para terminar, despejó una recia mesa de madera que estaba completamente cubierta de trastos. La mesa estaba sucia y llena de manchas, la tuvó que fregar a conciencia para que quedase más o menos bien, alguna de las manchas estaba tan incrustada que tuvo que trabajar un buen rato utilizando un papel de lija. Paco echaba de menos tener barniz para dejarla perfectamente a su gusto y con un acabado más fino, pero así resultaba plenamente funcional.
    
    Se había dado una buena paliza para acondicionar el establo a su gusto, aunque pensar en el uso que le iba a dar le compensaba plenamente del esfuerzo, estaba seguro de que iba a disfrutar de su obra.
    
    Mientras Paco trabajaba en el establo Silvia y Laura ya se ...
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