1. Sorprendiendo a mi sumiso con un transexual (2)


    Fecha: 29/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: TodoRelatos

    ... hacértelo pagar. Te quité la máscara para que pudieras ver. Tardaste un poco en que tus ojos, que llevaban más de una hora sin ver la luz, pudieran acostumbrarse a la claridad, pero tu mirada cambió por completo cuando me miraste. Pudiste ver la decepción en mi mirada y sentí como apretaste la mandíbula y miraste al suelo avergonzado. Dios! Eso aún me excitaba más. Saber que estabas humillado, que te habías arrepentido inmediatamente de pedirme parar hacía que me muriera de ganas de seguir apretando aún más. Te agarré la mandíbula con delicadeza y te miré a los ojos:
    
    “Pedro, cariño. Los dos sabemos que has parado porque no terminas de confiar en mí. Crees que te he engañado, pero te voy a demostrar que yo nunca miento, y voy a hacerte pagar esa desconfianza. Pon las manos en tu espalda e incorpórate sobre tus rodillas. No se te ocurra girar el cuello”
    
    Hiciste exactamente lo que te acababa de ordenar. Yo me coloqué también de rodillas a tu lado y dije:
    
    “Ven Carmen. Acércate a mi sumiso, por favor”.
    
    Nuestra invitada se acercó, y lo primero que viste fue su enorme polla a escasos centímetros de tu boca. Estaba enfundada en el mismo condón con el que me acababa de follar a mí… y con el que estaba follándote a ti cuando suplicaste parar. Te di permiso para mover tu cuello y observarle, y eso hiciste. Pero podía sentir perfectamente que seguías confuso, y le dije a Carmen que fuera a por otro condón. Volvió a los diez segundos y te dije:
    
    “Ahora, zorra engreída quiero que quites ese condón y lo guardes en tu boca. Luego comienzas a masturbar a nuestra invitada, y cuando creas que está suficientemente dura, comienzas a comerle la polla con tus manitas en la espalda”
    
    Sin tardar un segundo y sin dudar en obedecer, le retiraste el condón y lo metiste en tu boca. Sabía que no te gustaba hacerlo cuando te habían follado, pero estaba molesta con tu actitud. Empezaste a masturbar despacio a Carmen y le pedí a ésta que te contara su historia. Mientras Carmen te contaba lo que me había contado a mí la noche anterior y lo que habíamos conversado en el sofá, seguiste masturbándole hasta que te dije:
    
    “Esa polla ya está dura, preciosa. Traga”
    
    Sin decir una palabra la metiste en tu boca y comenzaste a chupar. Pero no iba a dejar que disfrutaras sintiéndote una zorrita cualquiera, así que desde el primer instante empujé tu cabeza con todas mis fuerzas, haciendo que sintieras tu garganta estallar y provocándote constantes arcadas.
    
    “Pedro, te juro que como vomites yo misma te haré tragar todo el vómito. No me jodas y haz bien las cosas. Me estoy enfadando”.
    
    Me miraste un segundo, con lágrimas en tus ojos. Era tan ancha que no te dejaba respirar, y leí en tus ojos una petición de clemencia que no pensaba aceptar.
    
    “Come, puta. Hazle disfrutar. Quiero que sepa lo zorra que eres”.
    
    Y seguiste mamando como una profesional. Con ansia, pero a la vez buscando la forma de seguir respirando, hasta que escuché decir a Carmen:
    
    “Laila, no puedo ...
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