1. Sorprendiendo a mi sumiso con un transexual (2)


    Fecha: 29/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: TodoRelatos

    ... Debió darse cuenta de que me quedé mirando y agachó la mirada hacia el suelo, con un cierto rubor en su mirar. Me pareció muy tierno, pero a la vez me excitó saber que podía disfrutar de esa polla y sobre todo, imaginándote siendo follado por él.
    
    Silenciosamente volvió a coger la fusta y siguió azotándote. Esta vez lo hizo mucho más fuerte que antes de desnudarse, y pude ver un gesto de rabia contenida en su rictus. No le había gustado desnudarse. No le había gustado sentirse deseado como hombre, porque se sentía una mujer. Comenzaste a gemir cada vez más. No eran gemidos de placer, sino de dolor. A pesar de que tienes muy claro cómo tienes que comportarte cuando otros te azotan. Sabes que no me gustan los grititos ni los lloriqueos teatrales, sino los que salen de lo más profundo de tu alma, así que intuí que esa intensidad tenía que llegar a su fin.
    
    “Carmen, ¿me ayudas a quitarme la ropa?”
    
    Dejando la fusta en el suelo se acercó a mí y me ayudó a ponerme de pie. Sacó mi vestido por la cabeza y me quitó el sujetador. Se quedó quieto durante un segundo observando mis tetas, con los pezones duros por la excitación. Mirándome comenzó a dirigir su boca hacia mis tetas, pero cuando estaba a escasos centímetros de lamer mis pezones, le agarré del pelo y le dije:
    
    “Te he pedido que me desnudes, no que me comas las tetas. Obedece”
    
    Su reacción fue muy curiosa. Se puso roja como un tomate. Estaba claro que si yo estaba confundida, él/ella no lo estaba menos, pero obediente observó cómo me volví a sentar en el sofá y levantando mis piernas, retiró cuidadosamente mis botas de látex rojo que habíamos comprado recientemente. Luego me quitó el tanga y cuando lo hubo hecho le dije:
    
    “¿Te sientas a mi lado, Carmen? ¿Quieres ver lo bien que hace las cosas mi sumiso?”
    
    Sonreí, y sin dejar de mirar esa polla que pensaba follarme, te ordené acercarte a nosotras:
    
    “Ven furcia. Estamos las dos pegaditas y con las piernas abiertas esperándote”.
    
    Te acercaste gateando hacia nosotras y chocaste con mis rodillas. No quise decirte nada, y enseguida dirigiste tu cabeza a mi entrepierna. Pude ver cómo tu lengua salía por la cremallera de la máscara y comenzabas a lamer. Inmediatamente paraste. Te imaginaba dudando, y volví a agarrar tu cabeza para que siguieras comiéndome el coño y para que salieras de dudas, decidí emitir un gemido que evidenciara mi placer:
    
    "Mmmm… me encanta, mi amor. No pares hasta que me corra. Tarde lo que tarde”
    
    Seguiste comiéndome el coño y mientras tanto, yo agarré la polla de Carmen con mi mano derecha y comencé a masturbarle muy despacio. Tenía una polla enorme y yo unas manos muy pequeñas y al darme cuenta de que me costaba cerrar mis dedos al agarrarla, casi instintivamente, me mordí los labios. Aquello era demasiado. Entre el placer que me provocaba tu lengua y las ganas de follarme esa polla, me estaba excitando muchísimo, y decidí correrme rápido. Mi orgasmo te sorprendió, pero creo que te sorprendió todavía más ...
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