1. Lorena, una relación que me dejó marca


    Fecha: 28/07/2019, Categorías: Hetero Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos

    ... despedí de aquella localidad. En septiembre no volvería yo porque se reincorporaba la persona.
    
    Recogí cosas y recuerdos y me fui.
    
    Conduciendo de camino a Sevilla, recibí un mensaje de whatsapp que leí tomando café en una cafetería de esas de carretera.
    
    Era un mensaje de Lorena. Me decía que le hubiera gustado despedirse pero que por otro lado sabía que quizás hubiera sido lo mejor que todo hubiera pasado de esta manera, que le había gustado conocerme y que me deseaba lo mejor, que me agradecía que no hubiera dicho nada sobre lo ocurrido y un montón de cosas más. Antes me había dado una lección ya esa niña de 18 años, pero ese mensaje fue ya una lección magistral. Le contesté con un mensaje similar, aunque no le llegaba ni a la suela de los zapatos.
    
    Ella volvió a responder con un emoticono con una carita sonriente.
    
    Y ahí quedó todo.
    
    Luego otros destinos y otros sitios. Hasta que saqué la plaza y pude quedarme en Sevilla.
    
    Y exactamente unos 3 años después recibí otro whatsapp de ella. Ya era sólo un recuerdo, algo incómodo, ciertamente, del pasado. Pero un día su nombre apareció en la pantalla de mi móvil y un mensaje.
    
    Me preguntaba que si me acordaba de ella. Le dije que claro. No podía decirle otra cosa. Y me contó que estaba en tercero de Química y que iba a Sevilla a una cosa de la carrera. Que si quería tomar algo con ella.
    
    No sé qué le hubierais contestado vosotros. Yo tardé casi una hora en decidirme. Le dije que ok y quedamos en una cafetería que me cogía cerca del trabajo, en lo que es el Prado de San Sebastián, una de las zonas con más movimiento de Sevilla, ya que están los juzgados, una estación de bus, de metro y tal.
    
    Yo llegué antes. Y ella un poco más tarde. Venía con unos vaqueros negros ajustados, unas Adidas también negras sólo blanqueadas por las tres líneas laterales, una sudadera celeste de la UCO, y una blanca sonrisa. Me contó luego que había estado otras veces anteriores en Sevilla pero que no se había atrevido a llamarme. Pero que le apetecía echar un rato conmigo. Tenía la misma cara y sonrisa de niña que hacía tres años, pero ahora su cuerpo era más de mujer. Pero seguía demostrando esa personalidad de persona mucho mayor, de una persona con las ideas claras e inteligente.
    
    Le iba genial en la carrera y estaba con otro chico, no con el que yo conocí. Yo le comenté que estaba con mi misma pareja y que ya era funcionario en sí. Que ya no estaba en institutos sino en una delegación provincial y tal. Ella me contó sus planes de futuro, que se iría de Erasmus al siguiente año a Francia y que no podía quejarse de nada de su vida. Así pasamos un par de horas.
    
    Luego fuimos al piso donde estaba pasando aquellos días y lo hicimos por tercera vez. Si el primer polvo que tuvimos fue una mierda este tercer polvo fue uno de los mejores de mi vida. Seguro que por poder hacerlo sin los miedos que nos atenazaban las dos primeras veces, o por saber que ya no eran tan niña. O una mezcla de todo. Pero fue, ...
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