1. Lorena, una relación que me dejó marca


    Fecha: 28/07/2019, Categorías: Hetero Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos

    ... café.
    
    No podía dejar pasar esa oportunidad de mirar a Estefanía de cerca, hablar con ella, conocer algo más de ella, deleitarme con su cuerpo.
    
    Cruzamos a la carrera y entramos un grupo. Al final fuimos el director, Estefanía, una madre y una alumna.
    
    Nos sentamos en una mesa, chorreando, literalmente, agua. Pedimos las bebidas, cafés en su mayoría, y allí empezamos a hablar. Para mi desgracia Estefanía hablaba sobre todo con Manuel sobre temas del instituto. Yo empecé una charla sin mucha trascendencia con Isabel, la madre de un alumno de nuevo ingreso como ella me relató, y con Lorena, la alumna que me contó que era de segundo de bachillerato de ciencias. Bien mirado la madre tenía también un polvazo. Iba recatada vestida pero bajo la ropa se adivinaba que era un cuerpo que en la cama debía rendir. Tenía una bonita mirada y su sonrisa no se veía nada mal.
    
    Al rato Manuel se fue y nos quedamos los demás. Pero no fue durante mucho tiempo. Aprovechando que la lluvia había perdido fuerza decidimos irnos. Fue pagar y al llegar a la puerta otra vez apretó. Decidimos echar una carrera hasta los coches, porque Estefanía lo tenía cerca del mío.
    
    Isabel y Lorena se vendrían conmigo, ya que así evitarían mojarse más de la cuenta. Estefanía saldría con el coche en sentido contrario.
    
    Tras la carrera, evitando charcos, y punto de meternos algún resbalón llegamos a los coches.
    
    Isabel, Lorena y yo nos montamos en el mío. Con una ráfaga de luces nos despedimos de Estefanía e iniciamos la marcha. En apenas dos minutos llegamos a la casa de Lorena, la alumna. Iba sentada atrás en mi coche. Se despidió, se bajó a la carrera y entró en su casa. Tres calles más allá se bajaba Isabel. Pensé que quizás habría alguna posibilidad de entrar con ella en su casa. Me la veía en el sofá a cuatro patas gimiendo.
    
    Pero que va. Entró en su casa y adiós. Ya no volví a hablar con ella nunca más.
    
    Lo cierto es que ese tiempo en aquella localidad, sexualmente hablando, era una mierda. Algo de sexo en el finde con mi pareja cuando volvía a Sevilla. Entre semana alguna paja pensando en los cuerpos que se veían en el instituto. Poco más.
    
    Al día siguiente durante un café me encontré en la cafetería con Estefanía que hablaba con Lorena. Le eché huevos y me acerqué. Ambas habían terminado como yo, con un buen catarro por la mojada del día anterior, y estuvimos riendo por ello.
    
    Además del catarro, el consejo escolar me sirvió para que ambas me saludaran por los pasillos del instituto. Y en las siguientes semanas pude tomar algún que otro café con Estefanía. Así me enteré que estaba casada y que tenía una niña pequeña. También supe que Lorena era una de las mejores estudiantes de su curso, delegada de su clase, dieciocho años recién cumplidos, y que salía con otro chico de la misma clase.
    
    Pero no hubo nada llamativo.
    
    Así llegaron unas fiestas en aquella localidad. Yo me iría al día siguiente para Sevilla, tal como habían hecho ya mis compañeros de piso. ...
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