Ayudando a mamá tras los negocios Noche reveladora - Relatos Eróticos

Ayudando a mamá tras los negocios Noche reveladora

... cabeza para darle todo el placer posible. Entre las comisuras de su boca y la polla que la dilataba, empezó a salir parte del semen mientras ella no dejaba de mamar. Las piernas de Juan temblaron. El padre podía ver el gran placer que le daba su hija y, aunque deshecho por el orgasmo, quería devolverle tanto placer.

La tomó de los brazos y en volandas la llevó hasta la cama. Ella se asustó un poco, pero cuando la tiró en la cama comprendió lo que él necesitaba. Subió su falda y abrió las piernas. Él se desnudó por completo mirando a su hija que se le ofrecía para que la amara. Entre sus piernas abiertas podía ver sus blancas bragas que mostraban la mancha que su vagina había provocado al soltar tantos líquidos. Se agachó y se puso entre las piernas de su hija, tomo las bragas y se las quitó rápidamente.

Cristina gimió cuando sintió la boca de su padre hundirse dentro de su coño. Separando sus labios vaginales con dos dedos, la lengua del padre se agitaba dentro del coño y provocaba que las caderas de Cristina no pararan de agitarse. Ella dobló su cuerpo y podía ver a su padre comiéndose su coño. Podía ver el rápido movimiento de su lengua sobre su clítoris y el dedo que se hundió en su vagina para hacer más intenso el placer.

- ¡Papá, me vuelves loca! – decía ella - ¡Te amo, te amo!

Él no decía nada, su lengua trabajaba en el coño de su hija y aquello era suficiente para que Cristina supiera todo lo que su padre la amaba.

Marta acariciaba los huevos de su hijo mientras su boca se tragaba su gran polla. En su coño, Enrique lamía y metía sus dedos para que ella alcanzara esos orgasmo que tanto le excitaba ver, disfrutaba sintiendo a su madre gozar y aquella noche lo intentaría para compensar el tiempo que pasarían sin tener sexo. No tardó en sentir en su boca la cantidad de líquidos que su madre le regalaba al tener un gran orgasmo. Mientras escuchaba los gemidos apagados de su madre y saboreaba su coño, sintió un gran placer y empezó a lanzar su semen.

Marta casi se ahoga al sentir brotar los fuertes chorros de semen de su hijo en su boca. La sacó agitándola con la mano y el resto de aquel maravilloso líquido caía sobre su cara. Cuando ambos acabaron de sentir sus orgasmos y sus sexos dejaron de lanzar líquidos, él se levantó y levantó a su madre que quedó de rodillas. La abrazó por detrás y pegó su cuerpo al suyo.

Cristina empezaba a sentir un gran orgasmo cuando la boca de su padre se aferró a su clítoris y lo mamó mientras sus dedos la penetraban. Su cuerpo se tensó y él la conocía bien. Abandonó su sexo y la penetró profundamente arrancándole un gran gemido de placer.

- ¡Sí papá, lléname con tu polla! – gimió ella y la polla de su padre se endureció por completo dentro de su caliente vagina - ¡Fóllame, fóllame!

Juan estaba entre las piernas de su hija y sentía como su polla entraba y salía de su caliente vagina. No quería hacerle más el amor, pero su cuerpo lo volvía loco. La amaba como padre, pero el cuerpo de su ...