1. Ayudando a mamá tras los negocios Noche reveladora


    Fecha: 26/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Mortocoro, Fuente: TodoRelatos

    ... junto a su boca y no lo pensó. Besó suavemente su glande y después empezó a mamarla con ganas. Enrique consiguió liberar las tetas de su madre, pero su polla había caído prisionera de la lujuriosa boca de aquella madura y caliente mujer.
    
    - ¡Qué bien la chupas mami! – él acariciaba la cabeza de Marta mientras gran parte de su polla se perdía dentro de su boca - ¡Necesito chupar tu coño!
    
    Marta entendió lo que su hijo deseaba y lo liberó. Tiró el sujetador y, bajo la atenta mirada de su hijo, se quitó las bragas y se puso bocarriba en la cama para esperarlo. El se movió a cuatro patas hasta colocar su polla a la altura de la boca de ella. Ella abrió todo lo que pudo sus piernas y dejó su mojado coño expuesto al ataque de la boca de su hijo. Marta liberó el glande de la piel que lo cubría y se lo hundió en su boca para mamarlo. Enrique separó los labios vaginales del coño de su madre y su lengua saboreó su suave piel aderezada por los líquidos que su madre le regalaba.
    
    Cristina se acercó a su padre que la miraba. Ella se puso delante de él y agarró sus fuertes brazos para pasarlo alrededor de su joven cuerpo. El padre sintió el amor de su hija. Pensó que no quería renunciar a ella, pero tenía que ser fuerte. Ella se merecía algo más que el amor de su padre, que siempre lo tendría, ella merecía un hombre que la amara más que su padre… Dudó, pero el cuerpo de su hija debilitó sus pensamientos y el deseo aumentó. El prieto culo de su hija se restregaba contra su polla que empezó a crecer bajo el pantalón.
    
    - ¡Te amo papá! – dijo Cristina y su padre sucumbió al deseo que le provocaba.
    
    Las manos de Juan recorrieron las curvas de las caderas de su hija, sintiendo la embriaguez que le producía amar su joven cuerpo. No solo deseaba tenerla entre sus brazos, deseaba darle el cálido fluido que hiciera brotar dentro de ella una nueva vida y hacerla sentir una madre. Pero no podía. Sus manos acariciaban sus turgentes pechos mientras sus boca besaba el fino cuello de Cristina que ronroneaba entre sus brazos.
    
    Ella no pudo más, se giró y se agachó. Sería el último polvo que echaría con su padre y tenía que aprovecharlo. Rápidamente sacó la gruesa polla de Juan y su mano se dedicó a agitarla. Él la miraba desde arriba y temblaba con cada caricia mientras la sensual sonrisa y los hermosos ojos de su hija la hacían enamorarse más y más. Ella liberó el glande de la piel que lo cubría y besó suavemente la tersa piel henchida de deseo. Su lengua jugó alrededor del redondo glande y podía saborear los líquidos que tímidamente lanzaba su padre. Sabía que él se iba a correr rápidamente y no quería desaprovechar nada de aquel maravilloso líquido. Su boca engulló todo lo que pudo aquella polla y mamó con fuerza.
    
    - ¡Oh no, hija! – gritó Juan al sentir demasiado placer - ¡Me voy a correr si sigues así!
    
    Y ella no paró, siguió y al momento su boca se llenaba con el semen de su padre. Casi no podía contener tanto semen dentro de su boca mientras agitaba su ...
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