1. Hermanos con derecho a roce


    Fecha: 26/07/2019, Categorías: Incesto Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos

    ... entonces ya apenas visitábamos a nuestro padre, pero Gael y yo nos seguíamos viendo a menudo, como esos amigos que fuimos al conocernos.
    
    Aunque lo seguía deseando y todo se me hacía muy duro, cuando me presentó a Diana, su novia, enseguida nos hicimos amigas. Era una chica encantadora, igual que él, y no fue difícil apreciarla, aunque en el fondo la viera como a una rival. Sobrellevé la situación lo mejor posible, hasta que Gael le pidió que se casara con él.
    
    Una boda ya eran palabras mayores, un punto de no retorno. Si se casaban, se terminarían todas mis opciones, si es que aún me quedaba alguna. Solo tenían veinticinco años, era demasiado precipitado. Salvo que, para mi desgracia, fuese amor verdadero. Podía fingir alegrarme o hacer un último intento. Opté por lo segundo.
    
    - Gael, ¿podemos hablar?
    
    - Claro, hermanita.
    
    - ¿Estás seguro de lo que vas a hacer?
    
    - Claro, Diana es el amor de mi vida.
    
    - Eso solías decir de mí.
    
    - Hasta que decidiste que mis besos ya no eran suficiente para ti.
    
    - También te dije que quizás te diera una nueva oportunidad.
    
    - Pero tú tenías razón. Por rara que sea nuestra historia, somos hermanos.
    
    - Con derecho a roce.
    
    - Eso tuvo gracia cuando se te ocurrió.
    
    - Podemos volver a serlo. ¿Ya no sientes nada por mí?
    
    - Da igual lo que sienta, Aina... me voy a casar.
    
    Que no negara sentir algo por mí me dejaba una mínima esperanza, aunque no estuviera bien que pensara en seguir intentándolo. Pero cada vez que recordaba que lo había dejado escapar me sentía como una estúpida. Tantos años ocultando algo así ya me estaba pasando factura.
    
    Para colmo de males, los años no habían sido tan generosos para mí como para Gael. Mientras que él seguía estando cada día más guapo, yo ya no atraía tanto a los hombres como antes. Seguía teniendo pretendientes, pero ya no podía elegir como cuando era adolescente. Aunque quisiese, no había nadie con quien pudiera olvidar a mi hermano.
    
    Mi amistad con Diana hizo que me eligiera para ayudarle con todos los preparativos de la boda. Me llevaba de un lado para otro para elegir restaurante o vestido, pero no podía evitar imaginar que era yo la que llegaba al altar de blanco. Lo peor de todo era que no tenía con quien hablar de lo que me estaba pasando. Solo Gael podría comprenderme, pero él prefería dejar el pasado atrás.
    
    A falta de una semana para la boda, gracias a mi inestimable colaboración ya estaba todo listo. Solo había una cosa que preocupaba a Gael: la presencia de nuestro padre. Nos habíamos distanciado tanto de él que ni siquiera le había dicho que se casaba. Después de darle muchas vueltas, me pidió que le acompañara a hablar con él, quería que estuviera presente.
    
    La visita a nuestro padre nos iba a traer una amarga noticia. Tras un buen rato llamando a su puerta, una vecina apareció y nos contó que había muerto unas semanas atrás, pero no habían encontrado la forma de comunicarse con sus familiares. Nos entregó una llave de su piso para ...