1. De este agua no beberé...


    Fecha: 18/12/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Rosa de los vientos, Fuente: TodoRelatos

    ... vuelve una y otra vez al espacio tiempo que habíamos ocupado las dos en aquella cala entre las piedras.
    
    Ya a la noche y durante la cena observo a María, ella se comporta con naturalidad, como si no hubiera pasado nada, como si nunca hubiera tenido metidos los dedos en el coño de su cuñada. Quizás el bicho raro soy yo... quizás sea la forma que las crías de hoy en día tienen de funcionar, no lo sé, el caso es que estoy descolocada.
    
    Imposible dormir, entre la comedura de coco que tengo y el calor, llevo dos horas en la cama como los búhos. Miro el reloj, son más de las dos de la mañana y de nuevo viene a mí el recuerdo de sus dedos... ¡Qué asquerosamente complicada es la mente! Cuanto menos quiero pensar en ello, con más fuerza me bombardea. Decido centrarme en lo que voy a hacer estos días con Carlos y empiezo a pensar, pero al momento el recuerdo de mi cuñada viciosa vuelve de regreso. ¡Maldita sea! Esa cría ha abierto la Caja de Pandora y no sé cómo voy a poder cerrarla ahora.
    
    Carlos duerme a pierna suelta; no hay cosa que me dé más rabia que escucharlo roncar cuando yo no puedo conciliar el sueño. Estoy a punto de darle un codazo; si yo no puedo dormir, él tampoco debería, pero me da pena y decido levantarme a prepararme un relajante Cola-Cao. El pasillo está oscuro y camino a tientas haciendo el menor ruido posible, llego al salón cocina donde duerme María y entro sigilosamente para no despertarla, pero para mi sorpresa, ella parece estar despierta…
    
    Cuando las pupilas se acostumbran a la oscuridad, la veo, es ella… es mi cuñadita la que está boca abajo sobre el sofá cama, no llevaba bragas y mientras se masturba con una mano, el dedo de la otra mano se hunde en su ano. Ella no puede verme porque tiene la cabeza metida entre la almohada. Siento un sobresalto y doy media vuelta para volver a la habitación, pero cuando estoy a medio camino me detengo, por un segundo dudo, doy media vuelta y me quedo parada bajo el quicio de la puerta. Quiero mirar. Me gusta observarla. ¡Joder! Me pone hacerlo... durante unos segundos permanezco escondida en la oscuridad del salón deleitándome con su imagen, ¿acaso me he convertido en una voyeur?
    
    Los dedos acaparan sus agujeros. El culo se mueve arriba y abajo. Escucho su respiración agitada. Joder, joder, joder... ¿Qué estoy haciendo ahora? ¿Me he vuelto loca? Empiezo a andar, paso junto al sofá cama y llego al frigorífico, lo abro y la luz del interior ilumina la sala. Saco la leche y cuando empiezo a buscar el Cola-Cao, unas manos rodean el torso… me estremezco y la respiración se agita al escuchar sus palabras al oído. Sus manos impetuosas se cuelan bajo la camiseta del pijama y comienza a recorrerme con su caricia. Una vez más, el cuerpo comete traición y no pude evitar emitir un gemido ahogado.
    
    —Mira como estoy por tu culpa…
    
    María coge mi mano y la lleva a su entrepierna… me defiendo débilmente y trato de zafarme, pero ella hace más fuerza y soy conquistada por el placer; unos segundos ...
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