1. Violeta 8


    Fecha: 24/07/2019, Categorías: Incesto Intercambios Autor: Gomarana, Fuente: SexoSinTabues30

    ... que beses en la boca a mamá.
    
    Era un movimiento previsible repetir lo que yo le pedí, lo esperaba y en seguida me acerqué a su madre para besarla. Vania pasó ambas manos alrededor de mi cuello, para entonces besarme con lentos movimientos de sus labios y lengua. La sujete fuertemente de la cintura, para luego deslizar mis manos hasta sus perfecto y curvilíneo trasero. En seguida se impulsó para que yo la cargara, abriendo las piernas, rodeándome con ellas y descansándolas en mis propios glúteos. Mi verga estaba cada vez más en forma, tanto que por poco la penetro al cargarla: el pene se fue chueco y nada más rozó un poco fuerte sus labios mayores. Ya en esa posición decidí darles el mismo espectáculo que ellos nos dieron, así que, abrí lo más que pude las voluptuosas nalgas de Vania para mostrarles el bello ano de la trigueña. Pasados algunos segundos, se las cerré, hicimos un último remolino con nuestras lenguas y la bajé para terminar el beso. La trigueña al bajar, con su entrepierna atoró mi verga de modo que, al separarnos, ésta reboto un par de veces antes de quedar apuntando al techo.
    
    – Ahora les toca a ellas… primero tu mamá. – dije señalando a Vania. Me intrigaba lo que diría, entendiendo que ese acto, la conectaría con su más primitiva lujuria. Estaba un poco jadeante por el beso, sin embargo, jaló aire.
    
    – Quiero que…
    
    – Simón dice. – la corrigió su hijo.
    
    – Perdón, Simón dice… que Violeta masturbe a su primo. – pidió Vania llevando el juego al lugar donde había interrumpido el beso hace unos instantes en la sala. Noé, que ya no era totalmente inocente en estos asuntos, se sentó al borde de la cama, abriendo ligeramente los muslos para liberar lo más posible su erección. Violeta se acomodó entre sus piernas, de rodillas en la alfombra y comenzó primero a frotar ligeramente la base de su pene, subiendo de apoco la mano hacia el tronco, hasta envolverlo por completo con su palma. Lo que pasó a continuación fue Violeta en su máxima expresión:
    
    – Tienes una verga super linda Noé. – halagó a su primo mientras ponía su dedo pulgar bien afianzado en el prepucio del niño, para subirlo y bajarlo por el glande. Los dos movimientos eran lentos, sobre todo el de bajada, pues como tenía poco de haberse desprendido por completo, hecho que él consideraba como señal de su hombría recién adquirida, tenia algunas escoriaciones a lo ancho del tronco. Cuando el glande salía del todo, Violeta aprovechaba para acercar un poco la cara, para que el pequeño sintiera su tibio aliento en la punta de su lampiño pene. Vania tenía fija la mirada en la verga de su hijo, con cada jalón que Violeta le daba, gemía con un sonido bajo y ronco, como si ella misma estuviera estimulando al niño. Noté en ese momento que la parte interna de sus muslos brillaba.
    
    – ¡Uy niño, que dura se te está poniendo! – exclamó Violeta acelerando un poco el ritmo de la mano. – ¡Dime mientras te la jalo, ¿cómo fue cogerte a tu mami? – preguntó con voz de putilla muy similar a ...
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