1. Violeta 8


    Fecha: 24/07/2019, Categorías: Incesto Intercambios Autor: Gomarana, Fuente: SexoSinTabues30

    ... convencida de lo que decía. Esta falta de convicción la aprovechó Violeta a la perfección.
    
    – Tía, – dijo Violeta. – sé que tu hijo te gusta mucho, ¿y sabes por qué lo sé?… – y sin esperar respuesta continuó. – porque cuando los vi besándose, se besaban igual que tú y yo hace un rato, justo después de habernos confesado mutuamente nuestra atracción. Así también como compartimos el deseo por Tristán. Es increíble que los haya visto besarse, no sientas pena, ya que fue hermoso. Si dejas que tu hijo y yo nos besemos, verás y sentirás lo excitante que fue para mí verlos y estoy segura que lo disfrutarás muchísimo.
    
    Vania cerró los ojos, seguía desnuda moralmente ante su sobrina, ni siquiera podía negar lo que escuchaba. En esas últimas palabras enunciadas por Violeta, se encontraba la llave que abría todos los accesos que atravesaban sus prejuicios, hasta llegar a ese lugar, donde ella estaba construida por sus desinhibiciones.
    
    – ¿Tu lo deseas Noé? – preguntó Vania abriendo los ojos y mirando seriamente a su hijo. Quería estar segura de que el pequeño de verdad lo deseaba.
    
    – Sí mamá. – dijo Noé con seguridad.
    
    – Ok… Pero si no te está gustando o no me gusta a mí, terminamos con esto. ¿Ok Noé?
    
    – Sí, mamá.
    
    – Sí Vania, llegaremos hasta donde tu quieras, lo prometo. – también respondió Violeta. En un gesto que me pareció magistral, pues no sólo le daba su lugar como madre sino de igual forma, le devolvía el control que hace unos momentos le había quitado al espiarlos y descubrir su relación incestuosa.
    
    Luego, mi novia bajó sus manos hasta las nalgas de Noé para cargarlo, él la rodeo fácilmente con sus piernas alrededor de la cintura. Violeta rozó apenas los labios del niño, que ya respiraba con agitación, tan sólo de sentir el aliento cerca de esa mujer desnuda que lo sostenía. Después jugó un poco con la boca de Noé hasta que inclinó la cabeza y abrió los labios, su pequeño primo no se hizo esperar, se notaba ansioso por besar a la castaña de ojos purpura, quien correspondió besándolo lenta pero ávidamente, incluso se podía adivinar como, dentro de la boca de Noé, la lengua de Violeta recorría fúrica esa cavidad húmeda y cálida que su primo tiernamente le ofrecía. Vania separó los labios emitiendo una leve exhalación. Estaba en trance viendo como se devoraban la boca hasta el último centímetro. Su voluptuoso pecho subía y bajaba, señal de que la exaltación al presenciar ese beso la ponía en el límite. Violeta entonces llevó su mano al pene de Noé por encima del pantalón, justo como su tía lo hizo antes de ser sorprendidos.
    
    – ¡No, eso no! – reaccionó Vania dando unos pasos para intentar separarlos. Los primos interrumpieron el beso, un poco confundidos.
    
    – Lo siento tía, tal vez como te vi hacerlo… – dijo Violeta sin dejar de frotar el pene de Noé. El tono natural que Violeta empleaba al expresarse sobre lo que hace unos momentos había atestiguado, le causaba estragos a Vania.
    
    – Sí… creo que si… lo hice… pero no se si sea lo ...
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