Primeros contactos. - Relatos Eróticos

Primeros contactos.

... Me agarré por detrás a sus tetas y la fui empujando lentamente hacia el cuarto. Andar pegada a otra persona es incómodo, pero a mi me encanta, tanto que me agarren como yo agarrar. Si es un tío me pone muchísimo ir tirando lentamente de su polla hasta dejarlo en el sitio adecuado y si es una tía hago lo que estaba haciendo en ese momento agarrando sus tetas y dándole besos en el cuello.

Llegamos a mi habitación y allí la tumbé sobre la cama y le dije -ahora relájate y disfruta porque te voy a comer como no lo ha hecho nadie nunca.

-Ummmmm, es increíble que me deje follar por una chica, pero es tan bueno que no me importa. Sigue por favor que estoy casi a punto. ¡Así, así sigue, sigue que me voy a correr en tu boca! ¡Yaaaaaaaaa! ¡Me corro, me corro!

Sin mas mojó toda mi boca y cara en una impresionante corrida que la dejó exhausta. Yo continué la mamada chupando su clítoris, pero ella me retiro suavemente diciendo: -No, por favor. Ahora estoy tan sensible que es doloroso. Espera un poco y que yo te pueda corresponder-. Me retiré un momento y empecé a desnudarme lentamente queriendo seducirla lo mas posible. Ella me había visto muchas veces desnuda, de hecho, como ya he contado, habíamos follado juntas, aunque no revueltas, y sabíamos de sobra cómo eran nuestros cuerpos. Pero esta intimidad entre las dos era algo nuevo y diferente que tenía que explorar. “Ahora, cariño, le dije después de quitarme toda la ropa, vas a tener que empezar a comerme las tetas como si no hubiera mas cosas en el mundo. Ya sabes como te gusta a ti, así que hazme lo mismo”. Y se lanzó mirándome a los ojos a chuparme el pezón izquierdo mientras que me sobaba y pellizcaba el otro pecho. La verdad es que no lo hacía nada mal. Una chica puede ser mas hábil que un hombre en determinadas circunstancias y aquí se estaba esmerando con gran habilidad. Dejó mis pechos y subió a mi boca para morrearse a gusto. La cabrona besaba muy bien. Enredaba su lengua con la mía y después depositaba un pequeño besito en los labios con la punta de la lengua fuera dando un pequeñísimo lametón. Me besó la cara los lóbulos de las orejas, e incluso insinuó su lengua dentro del pabellón auricular, bajó hacia el cuello y beso mi hombro izquierdo. Con movimientos suaves me levantó el brazo y, mirando fijamente a mis ojos, comenzó a lamer mi sobaco. Algo que no me esperaba de ninguna manera pero que me dio muchísimo morbo y placer. No se me habría ocurrido esperar eso nunca de ella. A mi me gusta que me laman las axilas, pero hay mucha gente que no lo hace, la mayoría, porque no les gusta o apetece. Pero una axila, limpia, sin pelo es un manjar prohibido y mas si está sudada. Después de lamer mis dos axilas, con una carita de puro vicio bajó para lamerme la parte baja de las tetas y el canalillo, al parecer a la muchacha le gustaba mucho el sudor, y continuó hacia el ombligo donde introdujo también su lengua. Menos mal que lo tengo siempre limpito. Por fín descendió hacia mi entrepierna, lamiendo ...