1. Primeros contactos.


    Fecha: 07/12/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Deepcore, Fuente: TodoRelatos

    Mi primera vez.
    
    Me llamo María y desde pequeña he tenido una cierta atracción por la dominación, incluso cuando ni sabía que se llamaba así.
    
    Mi primera experiencia casi sexual se produjo muy jovencita con mis primeros besos en la boca por parte de un compañero de clase muy mono. Hubo. además, un tocamiento de mis tetas y de mi culo por parte de él y yo me permití palparle el paquete por encima de los vaqueros. Me complació mucho tocar aquél bulto que ya estaba en erección. Los escarceos amorosos siguieron adelante con algunos chicos de mi colegio y algunos ligues de verano mas tarde. El sexo se limitaba a masturbaciones con la mano en sus pollas y que estos me metieran mano en mis tetas, ya desarrolladas, y me tocaran el chochito hasta que me corría. Tuve varios novios en esa edad, hasta que a los 18 fue mi primera experiencia sexual completa con penetración. Fue con un chaval un año menor que yo pero muy desarrollado sobre todo en el plano sexual. Era ya, a su corta edad, un experto en el amor físico. Me enseñó mucho y me llevó durante unas semanas a disfrutar como nunca lo había hecho antes. Con él perdí la virginidad de mi vagina y de mi trasero. Practiqué el sexo oral y aprendí a mamar una polla como es debido. Antes de irme a estudiar fuera a la universidad era ya una experta en sexo y muy promiscua. En la universidad tuve varias relaciones, de hecho, fueron muchas. Nunca tenía nada fijo. Picaba aquí y allí, pero nada serio. Era mas que nada sexo para eliminar el estrés y por puro goce. Allí perdí también mi virginidad con las mujeres. Estuve emparejada con Jara durante mi tercer curso de carrera. Ese año me dediqué al amor lésbico. Jara era una chica preciosa totalmente lesbiana. Nunca había tenido relaciones con hombres ni pensaba en hacerlo. Fueron unos meses increíbles de deseo y de sexo muy salvaje. Pese a que no le gustaban los hombres le encantaban las penetraciones y cuanto mas fuertes mejor. No era masoquista pero le faltaba muy poco. Compartimos consoladores de grueso calibre y nos penetramos por todos los sitios posibles. Yo le insistía en que ser penetrada por una polla era mucho mas placentero que con un consolador. El calor que proporcionaba el miembro, unido a la textura de la piel y a las explosiones finales de semen, eran inimitables por los diversos artilugios artificiales que usábamos. Pero ella nunca accedió a tener contactos sexuales con un tío ni siquiera estando yo presente. Y mira que le insistí para que hiciéramos un trío. Pues no hubo manera. Hubiera sido muy interesante de haber podido hacerlo. Lo dejamos al terminar el curso porque ella se enamoró perdidamente de una profesora de sociología con la que comenzó a convivir. Puedo decir que me puso los cuernos porque durante mi etapa con ella no le fui “infiel”, al menos con otras mujeres porque con hombres si lo hice con su pleno conocimiento y aceptación. De hecho, se aficionó mucho a comerme el coño después de que hubiera follado con algún tío. Volvía a casa ...
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