1. Madre e hija, de tal astilla, tal palo


    Fecha: 24/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Schuko, Fuente: TodoRelatos

    ... allí
    
    Contempló el bamboleo del culo de la guarrilla mientras salía de la sala. Después, se acercó a la mesa donde su mujer charlaba con otros invitados y le indicó:
    
    —Rosita, voy a dar una vuelta a que me dé el aire. Creo que he comido mucho.
    
    —Sí, sí, anda. Sal a dar un garbeo a ver si te despejas, que siempre te pasa lo mismo. Luego empezarás con el dolor de barriga y eso… Ve, ve…
    
    Diez minutos más tarde estaba en los asientos traseros del coche de su hermano, mientras Eugenia, con la cabeza incrustada debajo del barrigón, le comía el rabo baboseando la tapicería. Él le acariciaba el culo y el coño con sus gordezuelos dedos. La pobre Eugenia, acostumbrada a trancas algo más pequeñas, sufrió horrores para poder abarcar con su mandíbula la polla del tío Marcos, pero cumplió como una campeona y consiguió ponerlo a punto para subirse encima y cabalgar como buena amazona hasta conseguir una abundante dosis de leche.
    
    A partir de aquel instante, la chica le sorbió el seso a base de bien al pobre tío Marcos y de paso le fue sacando pasta a raudales. Se acabó para ella lo de comprar ropa en Primark o en los mercadillos. A partir de aquel día el guardarropa de Eugenia pasó a ser de primeras marcas. El pobre Marcos empezó a dilapidar dinero en su joven sobrina y amante a cambio de disfrutar de los encantos de la chavala. Tampoco se arruinó, no nos engañemos, el tipo estaba forrado.
    
    Eso sí, la tipa era lista de cojones y enseguida le pillo la medida al viejo y se encargó de dosificar susencantos, proporcionándolos con cuentagotas, para dejarlo siempre ansioso y con ganas de más. Fue esa necesidad del viejo lo que propició que Eugenia le sacase la pasta para operarse las tetas. No es que las tuviera mal, ni tan siquiera pequeñas, pero la criatura era ambiciosa y envidiaba las enormes domingas de su madre o de algunas estrellas porno y le hizo una oferta al tito Marcos:
    
    —Si me pagas una operación de pecho, te dejaré que me desvirgues el culo
    
    La oferta tenía su miga, porque por su ojete ya habían pasado unas cuantas pollas, de hecho, al macarrilla con el que estaba saliendo a espaldas del viejo, un chulillo del tres al cuarto, le encantaba follarle el culo y se lo cepillaba casi diariamente.
    
    Así y todo, al pobre hombre casi le da un síncope cuando escuchó las palabras de lavirginal jovencita y, salivando ante la oferta, le proporcionó el mejor cirujano y el mejor centro de estética. Algo de lo que Eugenia se aprovechó a base de bien, claro.
    
    Dos meses más tarde, recién cumplidos los dieciocho años, se operó las domingas aumentando un par de tallas y mejorando exponencialmente su figura y su aspecto de putón. Esa pinta que tanto le gustaba cultivar y que encantaba a los hombres.
    
    Así y todo la muy sinvergüenza hizo sufrir al pobre tío Marcos antes de dejar que le petara el culo. Esperó a tener completamente el alta médica tras las exhaustivas revisiones después de la operación para aceptar la visita de la tranca del tío Marcos en su ...
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