1. Madre e hija, de tal astilla, tal palo


    Fecha: 24/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Schuko, Fuente: TodoRelatos

    ... de primera calidad. Una leche que la cerdita no desaprovechó, pues sin descansar un instante, colocó un vaso ancho en el suelo y, acuclillándose, vació el esperma alojado en su culo. A continuación, tras mezclarlo con un poco de Whisky («Después de un polvo sí que me apetece echar un trago», me dijo), se lo bebió de un trago.
    
    Me acababa de dejar patidifuso y con la boca abierta.
    
    Después se acurrucó junto a mí en el sofá para descansar un poco antes del segundo asalto.
    
    —Porque habrá segundo asalto, ¿no? —me dijo.
    
    —Y tanto. Esas tetas se merecen una buena cubana —respondí pegando un buen achuchón.
    
    3.
    
    Pero antes de eso, Eugenia me contó su historia. Mas bien, la historia de cómo obtuvo unas tetazas tan espléndidas. He de decir que, aunque estoy curado de espantos, la peripecia me impactó bastante.
    
    Ya muy jovencita, la chica apuntaba maneras de putón verbenero. Se había cepillado a medio instituto y empezaba a buscar nuevos horizontes, de modo que empezó a echar el lazo a algunos profesores. Una manera fácil y cómoda de sacar buenas notas sin demasiado esfuerzo. No al menos para ella, acostumbrada a comer pollas o cabalgar rabos. Así fue como descubrió los beneficios de follar a tipos solventes de los que podía obtener beneficios más tangibles y evidentes que los churretones de leche que le proporcionaban sus inexpertos compañeros de clase.
    
    Superado el curso con notas excelentes, decidió poco antes de cumplir los dieciocho, dejar de lado los estudios. Había descubierto que vivir de los tío podría resultar más rentable que pasar cuatro años haciendo una carrera para acabar en la dura y competitiva jungla laboral. Siguió ayudando en el negocio familiar, presionada por sus padres, pero buscando por su cuenta otras fuentes de ingresos. Fue así como se ligó al tío Marcos, el hermano mayor de su padre, un tipo sin demasiado atractivo, gordo, viejo y calvo, en eso se parecía a su padre, pero menos pusilánime y bastante puerco y morboso. Aunque nadie lo diría, se las había apañado para mantener oculta esa faceta de su vida. El tío Marcos estaba casado y tenía hijos mayores. Fue precisamente en el banquete de boda de su hijo mayor cuando su sobrinita aprovechó para tirarle el lazo. Eugenia se presentó a la fiesta vestida con un escotado y corto vestido de licra rojo que no dejaba espacio a la imaginación. Llamó la atención a todo el personal (masculino) de la fiesta y eso que todavía tenía sus tetas originales que, dicho sea de paso, no estaban nada mal. Pero ella siempre había envidiado las enormes domingas maternas de modo que andaba como loca por hacerse un buen aumento de pecho, claro que, sin unsugar daddy para desplumar que financiase la operación…
    
    En fin, que, revoloteando después del banquete, en el salón donde la gente empezaba a embriagarse, se dio cuenta de que entre los ojos que se fijaban en su cuerpo y que tanto la halagaban (y la ponían cachonda) estaban los del tío Marcos, que, mientras su mujer pelaba la pava con ...
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