1. Daniela


    Fecha: 22/07/2019, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... duras se ha convertido en el mejor aliado de
    
    la viudita
    
    , en el que penetro con facilidad sin apenas darle lubricación, abriendo la apretada oscura roseta del ano como si mi polla fuera un cuchillo entrando en la mantequilla, sin problema alguno en
    
    llegar lo más lejos posible, profundamente, agarrado a las caderas de la entregada escandalosa hembra, para darle una buena follada, constante, apenas variando la velocidad, no demasiados minutos, porque Amparo sigue teniendo gran facilidad para correrse de manera sentida, larga, placentera y gritona, mucho, dando verdaderos alaridos de satisfacción. Quien lo iba a decir.
    
    A mi casa no viene Pilar, pero sí quedamos cada tres o cuatro semanas para que se desahogue conmigo, porque con ella, con el paso del tiempo, casi soy más un confesor o sicólogo que un prostituto de polla larga. Se corre conmigo, por supuesto, pero también me cuenta muchas cosas, entre ellas el odio acumulado que le tiene a su supuesta amiga Encarna y lo poco o nada que le importa el cabrón de su marido, apelativo que siempre utiliza para referirse a él. Físicamente se va dejando más de la cuenta, ha engordado mucho y ya no se preocupa demasiado por modas de ropa, peluquería —ya no se tiñe de rubio
    
    marilyn—
    
    maquillaje y similares. Es ya una mujer mayor —tiene dos nietos de sus hijas— que quizás asumió demasiado pronto su edad, pero a la que le sigue gustando comerse mi polla y sentir que un tipo mucho más joven que ella la tiene lo suficientemente dura como para follarla, sin considerar el dinero que le cuesta. La verdad es que a mí ya me está cansando, voy a terminar pronto esta ya larga relación comercial.
    
    Matilde todavía me reclama sexualmente de vez en cuando, aunque ya hace tiempo que prefiere hacerlo en un trío, unas veces con dos hombres y otras con hombre y mujer. Nunca participo ni doy ese tipo de servicios, y ya no me hace ninguna gracia ser sodomizado por ella, asunto que siempre le ha gustado. También voy a terminar esta relación.
    
    ¿Cuál es la razón que me ha llevado a contar lo que aquí escribo, quizás de manera desorganizada, recordando situaciones y personas, algunas bastante antiguas, y probablemente mezclando distintos momentos de mi historia personal?
    
    Hace unas semanas falleció Daniela en su casa de la playa de Mojácar. Estaba sola en ese momento —el italiano que desde hacía un tiempo vivía con ella había marchado unos días antes a Roma por un asunto familiar— y dado que la autopsia no es concluyente, no se puede descartar que tomara excesivas pastillas de su medicación para la hipertensión o de cualesquiera otras de la media docena que le recetaban, incluidos antidepresivos, todo ello convenientemente bien acompañado —mucho, en demasiadas ocasiones— con whiskey bourbon, su bebida favorita. La encontró la señora que le hacía la limpieza de la casa, y a su abogada y a mí nos avisó la Guardia civil, dado que Dani había dejado una nota en ese sentido.
    
    Llegamos muy justos a la hora prevista ...