1. Daniela


    Fecha: 22/07/2019, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... daño.
    
    —Ahora te vas a comer tú mi polla, como un buen maricón
    
    Se tumba en la cama con las piernas muy abiertas, me apresuro a poner mis brazos rodeando sus gruesos muslos y lamo de abajo arriba su ya empapado coño. Varios bufidos de gusto me parecen indicar que debo continuar, aunque pone su mano sobre mi cabeza y dirige mi boca hacia el clítoris. Nunca había visto uno tan grande, no me extraña que haya dicho que yo le iba a comer su polla, porque parece un pene de cuatro o cinco centímetros de largo por dos de ancho, perfectamente dibujado su capullo tras librarlo del capuchón, rojizo, brillante, muy mojado y sensible. Según se lo estoy mamando, la sensación que tengo supongo que es similar a la que debe sentirse al comerse una polla, y ella da multitud de gritos sordos, roncos, preludio de una corrida muy larga, sentida, que le provocan una emisión de líquidos vaginales que más bien parece una meada por la gran cantidad de líquido.
    
    A Marisa también le gusta cabalgar, ponerse encima del hombre, y es todo un espectáculo ver como se mueven sus tetazas a derecha e izquierda, como campanas que llegan a entrechocar, según se mueve como si fuera una coctelera. Sus orgasmos son tremendos, largos, escandalosos y muy mojados por la gran cantidad de líquidos que echa. Me alegra que siempre quedemos en su casa, porque cada vez empapa varias toallas puestas sobre las sábanas.
    
    Daniela me comentó que se fue a trabajar al hospital de un pueblo del interior de Lugo, de donde ella era, y allí se emparejó con una compañera de profesión.
    
    Marcelo el frutero parece ser que ha desarrollado tras los primeros años de matrimonio unas manos demasiado largas, de manera que de los azotitos sonoros en el culo de su mujer y algún que otro suave chupetón en el cuello, ha pasado a las duras bofetadas en la cara y fuertes puñetazos en brazos, culo, muslos y tetas, acompañados de gritos, insultos e insinuaciones acerca de lo puta que es su esposa y los cuernos que le pone cuando él tiene que salir de viaje. Dani me lo cuenta en mi piso, visiblemente disgustada —no me parece demasiado asustada— y asegurando que no ha estado con ningún hombre salvo con su esposo desde que se casó. Se desnuda completamente para que vea las huellas del maltrato que recibió ayer por la tarde cuando su marido le pidió follar antes de marchar de viaje. Desde luego se notan los golpes y las zonas enrojecidas y moradas en su cuerpo.
    
    Me pongo cachondo, no puedo evitarlo —hace mucho tiempo que no estamos juntos— Daniela se enfada y me echa una pequeña bronca acerca de que no puedo estarme sin tener la polla dura, aunque inmediatamente me besa en la boca de manera lasciva, necesitada de sexo. Y eso siempre se nos ha dado muy bien a los dos, así que follamos como si fuera la primera vez, durante mucho rato, metiéndosela en todos los agujeros de su cuerpo, cambiando a menudo de postura, consumiendo tiempo como si nos sobrara y corriéndonos los dos un par de veces, de manera sonora, sentida, ...
«12...151617...21»