1. Daniela


    Fecha: 22/07/2019, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... suya, Marisa. Antibióticos de choque en inyecciones, una pomada tópica, una temporadita en barbecho —siete días sin sexo— revisión a los tres meses, mayor uso de condones por mí parte, y… una nueva cliente relacionada con Dani.
    
    Marisa es una mujer baja de estatura, ancha y fuerte, muy rubia de pelo, que lleva en una larga lacia cola de caballo, no especialmente agraciada en su rostro —grandes ojos color caramelo muy claros, saltones, una nariz grande y los pómulos muy marcados, le afean la expresión— y con fama en el barrio de ser muy buena profesional, tanto como antipática en el trato. Sí, la verdad es que su manera de hablar es un poco seca y cortante —no le ayuda tampoco la voz de tono metálico que tiene— no es proclive a confianzas personales y no se corta en dar su opinión, siempre clara y directa, le pese a quien le pese, lo que le granjea antipatías.
    
    —
    
    Ahora que ya te has curado por completo de la infección eres tú quien tiene que tratarme a mí de mis picores en el coño. Ese tamaño de polla tengo que catarlo
    
    Desnuda, llama la atención porque tiene un par de tetas muy grandes, bastante caídas —según ella siempre las has tenido así dado su peso y volumen— como si fueran dos cántaros, llenas, terminadas en punta, con pezones cortos, gruesos, oscuros, llamativos, al igual que las grandes —ocupan un tercio de cada pecho— y anchas areolas suavemente amarronadas que los rodean. Algún quilo de más en la cintura, anchas caderas, una escasa y rala mata de vello púbico muy rubio —me llama la atención por ser más bien lacio, pajizo y no rizado— labios sexuales gruesos del mismo color que sus pezones, piernas fuertes con muslos gruesos y un culazo que parece una gran manzana de piel fuerte, tersa, con una abierta raja y una roseta grande, apretada, ambas del mismo color marrón. Puede que no sea una belleza, pero tiene atractivo sexual, es
    
    camera, camera
    
    .
    
    Una vez estoy desnudo pasa Marisa un buen rato tocando, amasando, acariciando con cierta fuerza mis testículos y la polla, con una mano, mientras que con la otra aprieta mi culo, me da algún que otro azotito y, evidentemente excitada, con los ojos acuosos, respirando con fuerza, casi jadeando de manera muy sonora, me habla con su voz dura, metálica, ronca, en voz baja:
    
    —Qué cabrón, vaya pollón, por eso te has metido a puto, eh, ¿o eres maricón?, hay muchos con buena polla que lo que de verdad les gusta es que le coma la polla otro tío. ¿Y si te la como yo?
    
    Dobla su cuerpo por la cintura de manera que le quedan las tetazas colgando, sigue acariciando con fuerza mi
    
    paquete
    
    , lame el glande media docena de veces, e inmediatamente, de sopetón, introduce en su boca la polla, primero como hasta la mitad, y rápidamente intenta metérsela entera lo más dentro posible, hasta que consigue besar con sus labios mi pubis teniendo la polla en la boca. Lo hace varias veces seguidas, gimiendo de gusto y apretando después los huevos con bastante fuerza, aunque sin llegar a hacerme ...
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