1. La madre de mi esposa, mi suegra. – Primera parte.


    Fecha: 20/07/2019, Categorías: Incesto Infidelidad Sexo con Maduras Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... haciéndola descender centímetro a centímetro sobre mi glande que resbala dentro de ella, la escucho gemir y apretarse a mí, mi pene la penetra suavemente, su sedoso y cálido coño envuelve mi pija y ella se estremece. Relajo la toma a sus muslos y la siento acomodarse sobre mi polla, no hago ningún movimiento dejándola acostumbrarse a mi envergadura. Mi pija se ha enterrado en ella hasta mis bolas, entonces ella aprieta sus tetas a mi pecho:
    
    —Bueno … entonces fóllame … fóllame duro …
    
    Magdalena sacude su pelvis contra mí y frota sus opulentos pechos casi en mi rostro, cuando aumento la velocidad de mis embistes la siento chillar y temblar en un mini orgasmo. Tomo sus pezones entre mis labios y chupo sus tetas una a la vez.
    
    —Te gusta chupar mis tetas … ¿eh? …
    
    —Y tú … ¿Sientes lo hermosa que es mi polla? …
    
    —¡Sí, cabrón! … ¡Mételo más fuerte! … ¡Hasta el fondo! …
    
    La sostuve lo mejor que pude cuando ella comenzó a sacudirse y cada musculo de su cuerpo se tensó y tembló como si una descarga eléctrica atravesaba toda su humanidad, besé su cuello sintiéndola correrse en un potente orgasmo, chilló y sollozó apretada a mí. El efecto de succión de los músculos de su coño fue demasiado para mí y mis borbotones calientes de esperma comenzaron a bañar sus entrañas, ella lo sintió y su cuerpo volvió a electrizarse:
    
    —¡Lléname! … ¡Déjame llenita! … ¡Dámelo todo! …
    
    Decía comiéndome a besos, mi verga se había inflado como un globo y continuaba a descargar semen en su chocho enardecido que me atrapaba y ordeñaba hasta la última gota. Con un movimiento repentino ella se baja de mi regazo y lo prende en su boca, su lengua vaporosa se enrolla como un ofidio en torno a mi glande, me hace estremecer, la siento tragar los últimos disparos de semen. Luego con su boca brillando de saliva y esperma me da un apasionado beso y me dice:
    
    —Vistámonos … mi hija está por regresar …
    
    Nos vestimos lo más rápido posible, habíamos perdido la noción del tiempo, apenas salió de la alacena hacía la cocina, mi esposa entró por la puerta principal. Ella termino de preparar el almuerzo junto a mi mujer y luego nos sentamos todos a la mesa. Magdalena tenía un brillo especial en su rostro, pero rehuía mi mirada.
    
    Ese domingo fue memorable para mí, pero no sucedió nada más hasta el verano siguiente. Alquilamos una casita en un sector balneario e invitamos a Magdalena. Ella apenas me vio me dijo:
    
    —Ni te me acerques … si vuelves a comportarte como un estúpido conmigo, le contaré todo a mi hija … así que ni te atrevas …
    
    Le sonrío socarronamente y no le respondo nada, solo encojo mis hombros y continúo haciendo mis cosas. Pasan unos días, una mañana me levanto temprano a orinar, mi esposa duerme y mi hijo también. Me asomo a la terraza y veo a mi queridísima suegra sentada en la tumbona tomando un poco de sol cerca del quitasol, esta vestida solo con su bikini blanco que sobresalta sobre su tez bronceada. Después de fisgar en nuestro dormitorio para cerciorarme ...
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