1. La madre de mi esposa, mi suegra. – Primera parte.


    Fecha: 20/07/2019, Categorías: Incesto Infidelidad Sexo con Maduras Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... de que mi mujer duerme, me meto mi traje de baño y me voy silenciosamente a la terraza, me acerco a la sombrilla y la saludo:
    
    —¡Buenos días! … Sí que estás hermosa esta mañana … ¿Puedo ponerte un poco de protector solar? … El sol está muy fuerte a esta hora …
    
    Se vuelve a mirarme y con un tono severo me dice:
    
    —Mira … ya te lo advertí … te dije que me tienes que dejar en paz … de lo contrario se lo diré todo a mi hija y así terminaremos esta historia …
    
    Imperturbable, finjo de no haberla escuchado, ella esta boca abajo, le deshago el lazo de la parte superior de su bikini diciéndole:
    
    —Perdona, suegrita … pero si no tienes atención, esto te dejara unas feas marcas si te pones algún vestido sin espalda … se verán las marcas de tu traje de baño …
    
    Enseguida tomo el bronceador y empiezo a untar su espalda:
    
    —Por favor, Alberto … mi hija nos puede ver …
    
    —No te preocupes, porque ella aún duerme … además, te estoy solo metiendo un poco de protector solar … ¿Quién podría pensar que hay algo de malo en ello? … tranquilízate mujer y déjame hacerlo …
    
    Luego meto abundante crema en su espalda y bajo hasta sobajear sus nalgas, comprimiéndolas y masajeándolas acuciosamente, después meto mis manos por sus flancos y acaricio sus senos que sobresalen con el peso de su cuerpo, poco a poco las hago deslizar hasta tocar sus pezones, me acerco a su oído y le susurro:
    
    —¡Uy! … pero como están duros estos pezoncitos … ¿Acaso mi perrita hermosa se está calentando? …
    
    No me dice nada, solo suspira y esconde su cara entre sus brazos. Me pongo a horcajadas sobre sus muslos y continuo a masajear su espalda y bajo su bikini a la mitad de sus nalgas, meto mi mano entre sus piernas y acaricio su coño hasta alcanzar con mis dedos su clítoris, se estremece y mueve su ingle, aprieta sus glúteos y folla mi dedo con cortos movimientos, gime. Mis dedos están dentro de su encharcado chocho, mueve su cuerpo cada vez más rápido y retuerce su espalda jadeando y bramando en un orgasmo silencioso.
    
    —¡Eres un cerdo y estás loco! …
    
    Me dice haciendo rechinar sus dientes y le respondo:
    
    —¡No! … soy solo tú yerno y a ti te gusta lo que te hago … ¿eh? …
    
    —¡Eres solo un cerdo bastardo! … No sé como mi hija no se ha dado cuenta de lo depravado que eres … solo te aprovechas porque soy viuda …
    
    Su tono me hace enojar y le contesto:
    
    —Mira me tienes harto de tanta mojigatería … esa actitud de señora respetable no se condice con las reacciones de tú cuerpo … eres una puta … hasta ahora siempre lo has disfrutado … deja de moralizarme y diviértete … te espero en el garaje para follarte como la puta que eres … si no vienes … vengo y te follo aquí delante de tu hija …
    
    Me levanto y me voy al garaje, a los tres o cuatro minutos siento que se abre la puerta del garaje, estamos en penumbras, solo se filtra un poco de luz solar.
    
    —¡Hey! … soy yo …
    
    Dice mi suegra adentrándose en las penumbras del garaje y cerrando la puerta a sus espaldas, inmediatamente me ...
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