1. Las flipantes aventuras sexuales de Carl


    Fecha: 18/07/2019, Categorías: Control Mental, Autor: CrisantoCruz, Fuente: TodoRelatos

    ... mano sobre su piel, empezó por el cuello y poco a poco fue bajando por su clavícula, rodeo sus pechos con cuidado hasta qué finalmente tuvo uno en su mano y lo amaso sin vergüenza. Sus dedos se abrieron y dos de ellos tomaron el pezón rígido para dar un pellizco.
    
    Lindsay estaba a un lado cruzada de brazos intentando entender lo qué estaba pasando. Sabía del gusto qué tenía su amiga por ser provocativa con él hombre mayor, algunas veces la había hecho partícipe para qué ambas se vieran beneficiadas con un permiso o regalo, pero nunca había expuesto la desnudez de sus pechos hacia el de este modo, quizás a través del escote dejaba ver el nacimientos de sus pechos o una areola, pero hasta ahí, ella misma había afirmado que tenía límites, pero ahora estaba aquí, quieta mientras el hombre turnaba la palma de su mano entre un pecho y otro. Su pezón asomaba entre los dedos y podía deducir por los gemidos al principio tímidos qué lo estaba disfrutando.
    
    El hombre bajó hasta su abdomen, unto otro poco de crema y la punta de dedo índice se hundió lentamente bajo el bikini rosa, casi con temor. Después, el dedo completo fue acompañado por cada uno de su mano. Los gemidos de Kendel fueron más evidentes cuando la palma cubrió todo su pubis —¿por qué no lo quitas por completo? Ya sabes, para tener un mejor acceso —dijo el hombre con la mano metida dentro y voz temblorosa , ella se mordió el labio y asintió. Carl sacó la mano para qué ella tomara los bordes de la prenda mientras se retiraba un paso hacia atrás y permanecía de pie con la boca entreabierta y el protector cayendo de su mano. Vio a Kendel doblar las rodillas, comenzar a correr la prenda por sus largas piernas hasta qué la tuvo en su mano derecha y después abrió las piernas sin pudor exponiendo su coño afeitado. Llevó sus manos detrás de la nuca y con una sonrisa pícara cuestionó.
    
    —¿Así está mejor? —el asintió sin parar por unos segundos. Levantó la crema y volvió la atención a la tarea pendiente pasando su mano por los muslos con pericia y ansia, se mantuvo así otro poco hasta llegar a su entrepierna. Se detuvo un momento, había soñado tanto este momento, pasó sus dedos por los costados de su hendidura. Pronto, el roce de un dedo hizo contacto con los labios y juró qué Kendel había tensado su cuerpo entero ante la sensación. Acarició el clítoris, rodeó la pequeña protuberancia y comenzó a jugar con ella. Los gemidos eran cada vez más intensos, descontrolados. Metió el dedo índice en su coño y Kendel alzó levemente los pies. Lo metió y sacó cada vez con más ritmo mientras ella ahora sujetaba sus piernas. Carl dejó caer la botella al suelo y llevó su mano libre para sobar su pecho, apretar y estrujar acompañado por los movimientos en su entrepierna —estás apretada Kendel, pero asumo qué ya no eres virgen.
    
    —Por supuesto qué no, hace mucho, qué dejé de serlo —dijo entre jadeos y con los ojos cerrados.
    
    —Es entendible, con un cuerpo como el tuyo quien lo sería ¿qué hay de ti Lindsay? ¿Eres ...
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