1. Hermanas


    Fecha: 18/07/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... pronuncié seria a sus intenciones. –Siiiiiiiiih- escuchamos por el contrario que anunciaba mi hermana desde el otro cuarto la proximidad a su orgasmo.
    
    -Vamos Sandra, escucha a tu hermana- pronunció David al tiempo que mi hermana gritaba y gritaba muy próxima a su clímax.
    
    -Oh siih, siiih, siiih- era evidente que Ramón la estaba matando de gusto.
    
    -¿Acaso no te ha gustado lo de antes?- me preguntó con una incisiva mirada a mis ojos esperando una respuesta afirmativa.
    
    No quise ni mentir ni afirmarlo, así que opté por callar.
    
    -Eso es, siih, siiih, siiih, no pares, no pares ahora- alertaba mi hermana a gritos lo que bien podían ser mis pensamientos.
    
    Mientras ambos nos detuvimos a escuchar lo que sucedía del otro lado de la pared mi casual compañero de cama pugnó de nuevo por subir la falda de mi vestido tratando de pillarme desprevenida, como a traición. Yo por supuesto detuve de nuevo su mano incursora.
    
    -Recuerda que soy una mujer casada- le repliqué mientras contemplaba atónita
    
    como su mano desistía de subirme el vestido para acariciarme de nuevo por todo el cuerpo.
    
    -Joder, siiih, siiiih, me corro, me corrroooh…- justo en ese
    
    momento escuchamos lo que seguramente sería el preludio de un orgasmo de mi hermana.
    
    -Es una pena- argumentó David, -porque de no estarlo te comería enterita, te llevaría al cielo y a dar un paseo por las estrellas- y al tiempo que pronunciaba semejantes tonterías su mano se deslizaba acariciándome siempre con la yema de su dedo por todo mi cuerpo.
    
    -Descubrirías tu verdadera naturaleza, de qué estas hecha por dentro- profería poético a media voz en plan seductor trasnochado.- De no estar casada experimentarías el mayor de los terremotos en tu cuerpo, la llamada de la selva, ríete tú de tu hermana…- esta vez su dedo ascendió rápida y sutilmente por mi cuello hasta alcanzar el lazo que sujetaba los tirantes de mi vestido. Hábilmente se deshizo del nudo tirando de uno de sus extremos, dejando que la tela resbalase por mi piel, desnudando mis pechos ante su vista.
    
    Yo reaccioné cubriendo rápidamente los pechos con mis manos en una actitud algo ridícula por mi parte. Estaba claro desde un principio que ese era uno de sus objetivos nada más comenzar a acariciarme y al fin lo había conseguido. Yo
    
    lo miré angustiada. No sabía cómo reaccionar en esos momentos, si enfadarme o dejarlo, si recriminarle su osadía, o abandonarme a sus encantos.
    
    -No te preocupes, no te compromete con nada que no quieras hacer-. Me dijo con una sonrisa que agradecí en esos momentos.
    
    -Sandra- pronunció mi nombre fijando
    
    mi atención en sus labios. – No sabes lo feliz que me haces dejándome verte los pechos. Son preciosos, tan solo quería verlos una vez más- a pesar de toda su sinvergüencería y de toda su jeta, aún con todo y con eso, tuvo que tragar saliva para armarse de valor al pronunciar estas palabras.
    
    Me hubiera gustado complacerle….pero yo…, no, no podía. No podía hacerlo. ¿Qué pensaría ese pobre ...
«12...232425...37»