1. EL DETECTIVE PRIVADO. (9)


    Fecha: 17/07/2019, Categorías: Hetero Autor: GUILLEOS1, Fuente: SexoSinTabues30

    ... para absorber sus pezones endurecidos mientras mis manos se hacían hecho cargo de sus tetas erguidas.“Llevame a la cama”, -dijo y su voz sonó enronquecida por el placer-. Tardé segundos en sacarme el pantalón y la remera y, sin terminar de sacarle el vestido, la levanté en brazos aferrando su culo para irme a la habitación con ella cruzando los brazos por mi cuello.
    
    “Esos arranques tuyos me hacen sentir muy mujer y con ganas de mostrarme muy puta”, -me dijo antes de prenderse nuevamente a mi boca. La dejé de espaldas sobre la cama mientras reía desinhibida y no le saqué el vestido, se lo levanté ayudado por ella que levantó sus caderas, la prenda de marca quedó hecha un bollo alrededor de su cintura. Tampoco tenía ropa interior, sólo las medias cuyo encaje se ceñía a sus muslos y allí, sobre la piel de su muslo fue donde coloqué mi boca.Gloria se movía gimiendo y sabiendo que le quedaría la marca del“chupón”, me pidió a los gritos que la marcara.
    
    Primero el interior de su muslo y luego el del otro, ella gritaba pidiendo más y pensé que por una semana no podría usar traje de baño. Notaba el calor de su entrepierna y sabía lo que estaba esperando, no me hice de rogar y mi boca se deleitó con su vagina empapada. No sólo fue con labios y lengua, mis dedos ayudaron en la ecuación y se perdieron en los dos huecos que tenía a mi disposición.Gloria gemía casi gritando y había entrado en una especie de orgasmo continuado que la hizo estallar cuando absorbí su clítoris y perdí tres dedos en su culito hambriento.
    
    “¡Me estás matando, dame pija yerno, dame pija!”, -pedía un tanto desesperada porque yo no había aflojado el ritmo de mis dedos y mantenía la absorción, a la par que con la otra mano mantenía su muslo alejado de mi cabeza y el otro era apretado por mi torso. Yo la conocía bien aGloria, si te agarraba desprevenido cuando acababa como desquiciada era capaz de romperte el cuello con el apreté de sus muslos y la convulsión de su cuerpo.
    
    Finalmente la dejé recuperarse, la hice girar para que quedara boca abajo y no tardó en colocarse las dos almohadas debajo de su vientre para que quedaran sus dos orificios a mi disposición. Lubricación sobraba y primero fue por el conducto“normal”. Hasta a mí me dio impresión el“pijazo” que se“comió”, gritó con ganas cuando sintió que sus carnes se abrían, pero me bastó salir y volver a entrar para que comenzara a moverse pidiendo más.
    
    Era maravillosa la forma en queGloria se brindaba conmigo, ella, sin dudas, que gozaba, pero transmitía ese goce haciéndome gozar y eso no era tan fácil. Yo podría aplicar un tanto de rudeza o todo el mimo y la ternura de que era capaz y ella me hacía sentir que era único. Recordando los tiempos en que comencé con ella en el departamento de mi tía, me di cuenta que no era igual, desde que la volví a encontrar conElena, la sentí distinta y cada vez mejor.
    
    Los dos teníamos claro que no era un tema de enamoramientos, ni del“gran amor”, era indudable que el sentimiento y la ...
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